¿Cómo fortalecer la fe?

Pastor Jorge L. Cintrón

Mensaje para ser presentadO en el Pabellón de Oración de la Primera Iglesia Bautista de Cayey, Puerto Rico el 5 de octubre de 2025, 10:15am

Texto Bíblico: 1 Juan 5:4

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”

“¿Alguna vez sentiste que tu fe se tambalea? Que oras, lees la Biblia, pero el peso de la vida es más fuerte. Vivimos en un mundo donde la fe es probada todos los días: Crisis económicas que sacuden la estabilidad. Enfermedades que desafían nuestra confianza. Tentaciones que buscan arrastrarnos lejos de Dios. Incertidumbre sobre el futuro.

La pregunta no es si enfrentaremos luchas, sino: ¿cómo vencemos en medio de ellas? Juan responde con claridad: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. (1 Juan 5.4) El secreto de la victoria no es la fuerza humana, ni la experiencia, ni la inteligencia… es la fe en Cristo Jesús.

Fortaleciendo la fe para vivir en victoria.

Recordando quiénes somos en Cristo

Juan comienza señalando: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”. (1 Juan 5:4ª)

La fe se fortalece cuando vivimos conscientes de nuestra identidad en Cristo. El mundo nos dice: “No puedes”, pero el Padre dice: “Tú eres más que vencedor en Cristo” (Romanos 8:37).

Un niño que se lanza a los brazos de su padre sin dudar. La seguridad no está en su salto, sino en los brazos que lo sostienen. Así es nuestra fe en Cristo.

Afirma tu identidad cada día: “Soy un hijo de Dios, y en Cristo tengo victoria”.

Alimentando la fe con la Palabra.

“La fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”. (Romanos 10:17)

La fe no se sostiene en emociones, sino en las promesas firmes de Dios. Así como el cuerpo sin alimento se debilita, un creyente sin la Palabra de Dios se marchita. Sin Palabra no hay fe fuerte, así como sin alimento no hay cuerpo sano.

Jesús en el desierto resistió al diablo con la Palabra escrita. (Mateo 4).  

Acciones prácticas para fortalecer la fe utilizando la Palabra:

1.      Lee diariamente la Biblia, aunque sea un pasaje breve.

2.      Memoriza versículos que fortalezcan tu corazón.

3.    Declara en voz alta promesas 

Ejercitando en la obediencia

“La fe sin obras está muerta”, señala Santiago 2:26

La fe no crece con teorías, sino con acción. Cada acto de obediencia es como un ejercicio que fortalece los músculos espirituales.

Abraham estuvo dispuesto a ofrecer a Isaac en sacrificio a Dios (Génesis 22). Su obediencia confirmó su fe.

Igual que los músculos no crecen viendo las pesas, sino levantándolas, así la fe no crece solo oyendo sermones, sino obedeciendo la Palabra. Obedece en lo pequeño -perdonar, dar, servir- y verás a Dios manifestarse en lo grande. Dios, por ejemplo, te pide que perdones a alguien que te hirió, y aunque cuesta, cuando obedeces, tu fe crece”

La oración y la comunión con Dios son fuentes de poder que fortalece la fe

Judas 20 señala: “Edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”.

La oración no solo cambia las circunstancias, cambia nuestro corazón. Cuando oramos, nos conectamos con la fuente de poder que fortalece la fe.

La vida de Daniel mientras estuvo cautivo en Babilonia se fortaleció en la fe. Su fe se sostuvo por una vida constante de oración.

Un celular puede ser muy moderno, pero sin carga se apaga. El cristiano sin oración se apaga. Dedica tiempo diario a orar, no solo para pedir, sino para estar en la presencia de Dios.

Perseverando en las pruebas

1 Pedro 1:7 señala: “para que sometida a prueba vuestra fe… sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.

Las pruebas son el gimnasio donde la fe se fortalece. Las pruebas no destruyen la fe, la refinan como el oro. El gimnasio puede ser incómodo, pero es donde los músculos se fortalecen. Las pruebas son el gimnasio de la fe. Dios no permite pruebas para quebrarte, sino para purificar y madurar tu fe.

La fe de Job fue probada, pero al final pudo decir: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).

Cuando atraviesas una enfermedad y aún en la incertidumbre eliges confiar en Dios. Tu fe sale más fuerte que antes

La victoria que vence al mundo no viene de nuestra fuerza, sino de nuestra fe en Cristo.

¿Cómo fortalecer la fe?

1.      Recordando quién eres en Cristo.

2.      Alimentándote de la Palabra.

3.      Obedeciendo a Dios.

4.      Viviendo en oración y buscando comunión constante con Dios.

5.      Perseverando en las pruebas.

La fe no evita las batallas, pero asegura la victoria en ellas.

Dios te llama a no vivir en derrota ni en temor, sino a caminar en la victoria de la fe que vence al mundo. Hoy, delante de Dios, decide: no voy a vivir en derrota ni en temor. Voy a fortalecer mi fe en Cristo y caminar en la victoria que vence al mundo.

Te invito a que declarares en voz alta: “Mi fe en Cristo me da la victoria”