
La soledad es una de las luchas más comunes. Puede haber muchos motivos para esto, por ejemplo: la intensidad laboral que obliga a destinar muchas horas al día para el trabajo; la indiferencia familiar, que no hay compartir en la comunidad donde vives porque todos son indiferentes entre sí, etc.
Pero más triste aún, es que hay gente que, aunque esté rodeada de otras personas, se siente sola.
Así que debes saber que Dios no te quiere viviendo así, en la Biblia, en el libro de los Salmos, capítulo 139, versos 7 al 10, dice, “¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia!, Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza”. (NTV)
El salmista David recibió la revelación de que nunca estaríamos solos. Esa es la seguridad más poderosa que podemos tener: su presencia constante.
Si tu familia se encuentra lejos, si no tienes amigos(as), debes saber que el Señor te dice: “Yo estoy contigo siempre”.
No importa si estás en tu casa, en el trabajo o en un hospital, el Señor está allí.
Cuando te sientas solo(a), haz un acto de fe, habla con Jesús como lo harías con tu mejor amigo. Pero hazlo teniendo la certeza de que Él está allí contigo y que te está escuchando.
Decide vivir con la conciencia de la presencia del Señor en todo momento.
Te motivo para que hagas pausas durante el día y que mires al cielo diciendo: “Gracias, Señor, por estar conmigo; gracias porque Tú nunca me abandonarás”.
Oremos, “Amado Señor, reconozco ante ti que con frecuencia me he sentido solo(a), que aun estando en medio de otras personas me sigo sintiendo solo(a); te doy gracias porque sé que cuento con tu fiel compañía. No estoy solo porque tú estás conmigo, esto lo creo, lo declaro en el Nombre de Jesús, Amén”.
Versículo: “¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza”. Salmos 139:7-10 (NTV)
Buen dia
Juan C Quintero
Buendiatodoslosdias.com
