En nuestra cultura prevalece la desinformación y la distorsión de las verdades. Esto se ha ido transfiriendo de generación en generación incluso incrementando la confusión.
Existen entonces cientos de frases, pensamientos y creencias que son falsas verdades pero que han sido tomadas como “la verdad”; muchas de ellas están dirigidas al ser.
Por ejemplo, es común escuchar que “esa persona me hace infeliz”; cuando la verdad es que la felicidad solo puede venir de Dios, Él es quien nos produce gozo permanente; el cual opera independientemente de las situaciones externas. La felicidad comienza con la decisión de ser felices en Cristo y el Espíritu Santo derramara fruto espiritual en nosotros produciendo el gozo que necesitamos. (Gálatas 5:22)
Otra tergiversación es la de que “el dinero produce felicidad”; esta es una excusa para estar amargados, o para justificar por qué no se es feliz. Pero cuando estudiamos las escrituras aprendemos que “la raíz de todos los males es el amor al dinero”; quien se centra en buscar y conservar el dinero solamente lo está colocando por encima de Dios y por lo tanto no puede ser feliz; convirtiéndose en una trampa emocional y en una fijación dañina.
La riqueza es una consecuencia de la bendición de Dios sobre nuestras vidas, es el resultado de colocarlo a Él en el primer lugar, por eso nos enseña que debemos “buscar primeramente el Reino de Dios y Su Justicia y así las demás cosas nos son añadidas” (Mateo 6:33); esas añadiduras de Dios producen paz y verdadero gozo.
¿Cuáles son las mentiras detrás de tus excusas? Examínalas. Solo la verdad de Dios en Cristo te traerá libertad.
Por un momento, ¡Imagínate siendo totalmente libre para alcanzar todo lo que Dios quiere que alcances!; si lo pudiste ver con tus ojos de la fe, entonces ¡ponlo por obra, Dios está contigo!
Versículo: “Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres”. Juan 8:36 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero