En la vida, no todo merece nuestra atención, energía o
preocupación. La sabiduría no siempre se trata de saberlo
todo, sino de discernir qué vale la pena atender y qué
es mejor dejar pasar. A veces, insistimos en tener
la razón, en corregir cada error, en responder a
cada crítica… y eso solo nos agota.
Ser sabio es tener la capacidad de elegir
nuestras batallas, de guardar silencio cuando
es necesario, y de enfocarnos en lo que realmente edifica.
La cordura del hombre frena su furor,
y su honra es pasar por alto la ofensa.
Proverbios 19:11
