
(Jesús dijo a sus discípulos:) Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
Lucas 22:28
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Santiago 1:12
“Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas”. Estas fueron las palabras reconfortantes y llenas de gracia que Jesús dijo a sus discípulos la noche que fue entregado por un traidor. Aunque estaban “asustados; y le seguían con temor” (Marcos 10:32, V. M.), siguieron al Señor y no lo abandonaron, como lo habían hecho otros (Juan 6:67-68).
El Señor ahora está en el cielo y desea acompañar a los suyos en sus pruebas. Amigos cristianos, cuando pasamos por pruebas, ¿nos volvemos a Jesús? Él hace suyas nuestras pruebas, de modo que podemos atravesarlas con él (Isaías 63:9). No vivamos la prueba como algo externo, como si un chaparrón nos cayese encima.
Si en medio del dolor nos encerramos en nosotros mismos, no tendremos ninguna fuerza, y el diablo ganará la batalla. En cambio, si vivimos nuestras pruebas junto a Jesús, experimentaremos que éstas han sido un camino para llevarnos a descubrir el amor del Señor de una manera nueva. Quizás también sea una escuela para enseñarnos a estar más disponibles y sensibles a las penas de los demás.