EL que habita al abrigo del Altísimo, Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo á Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en él confiaré. Y él te librará del lazo del cazador: De la peste destruidora. (Salmos 91:1-3)
Cuando habitamos dentro de los cuidados de Dios no debemos temer. Nada podrá dañarnos, sin importar lo que pase a nuestro alrededor sigamos confiando en El.
Habitar es estar todo el tiempo conectado con Dios y en sus asuntos. Vivir de esta manera cada día hace que la sombra (protección) de Dios esté sobre nosotros.
Confiese a Dios que el es su esperanza, su castillo seguro y que confía en El aunque todo se vea oscuro en este momento, Dios nos librará de cualquier mal.
Dios es fiel y poderoso.
-Por: Mildred Natera