COLOSENSES 1:28 “A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en El.”
Un día, faltando poco para el día de la madre, un niño pequeño y tímido entró a la sección de lencería de un gran centro comercial. Casi susurrando, le presentó su problema a la vendedora: “Quiero comprar un presente para mamá. Quiero darle una enagua pero no sé qué talla es”. La vendedora le preguntó: “¿Es tu mamá alta o baja, gorda o delgada?” “No sé, ella es perfecta”, le contestó el pequeño. La vendedora diligentemente envolvió una enagua que la mayoría de las personas consideraría de talla perfecta, o sea, mediana. Dos días después, la misma vendedora conoció a la mamá, que fue a cambiar la enagua por una talla extra grande.
Hay mucho de cierto en el viejo adagio: “todo depende del cristal con que se mire”. A pesar de ser talla extra grande, a los ojos de su hijo aquella madre era perfecta. Ésa es la forma en que te propongo que tú y yo miremos al día de hoy. ¿Por qué? Porque es un regalo que DIOS nos hace para que lo vivamos y lo disfrutemos. Y con esto no quiero decir que en este día no tendremos problemas, penas, o preocupaciones, porque seguramente los tendremos. Pero aun así, deseamos verlo y vivirlo con la sabiduría y la paz que DIOS nos da, porque sabemos que el Señor viviente está con nosotros, y que podemos recibir Su paz. Seremos capaces entonces, al cerrar nuestros ojos al final del día, de decir que hoy fue, gracias al Señor, un día “perfecto.”
Hoy, DIOS me guiará con Su propósito.
ORACIÓN: Padre Celestial, Te estoy eternamente agradecido porque Tú no me dejas solo en el largo camino de la vida; Tú me ayudas en las dificultades diarias. Tu propósito es claro y definido, y Tu nombre es mi respaldo y en eso descansaré.
Decido hoy caminar a Tu lado y de acuerdo a Tu propósito. Ayúdame a hacer lo mejor de este día que Tú me das. En el nombre de Jesús. Amén.