Porque tú me has sido refugio y torre fortificada delante del enemigo.
Que yo habite en tu tabernáculo para siempre, y me refugie al amparo de tus alas.
Pues tú, oh Dios, has oído mis votos; has dado heredad a los que temen tu nombre. Días sobre días añadirás al rey; sus años serán como generación tras generación.
Estará para siempre delante de Dios; designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.
Salmos:61:3-7