Ni uno… está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
Lucas 12:6-7
A veces la vida parece totalmente absurda, aburrida. Como el niño que descubre el mundo, la pregunta ¿por qué? sale a menudo de nuestros labios, pero con cierta nota de amargura. Es más, algunas personas piensan que no sirven para nada, que son inútiles. ¡Qué drama alimentar un pensamiento así!
Querido lector, si usted piensa una cosa así, queremos que le quede claro que todo viene de Dios, que todo es de Dios y que todo vuelve a Dios. Si el más pequeño pájaro tiene su razón de ser, si tiene valor para Dios, ¡cuánto más usted! Abra su corazón, contemple la prodigiosa ingeniosidad del universo, descubra a Aquel que pensó en todo eso. Y recuerde que ese Dios lo ama. Por eso mismo quiere llevarle hacia él y mostrarle su inmensa bondad. ¡Ese gran Dios Creador lo colocó aquí, y ahora, para revelársele como el único Dios justo y salvador!
Quizás usted piense que no tiene ningún valor en sí mismo, pero él lo amó a tal punto que sacrificó a su Hijo por usted. A Dios nadie le es indiferente, ni el pobre, ni la persona anciana o depresiva, ni el prisionero, ni el que piensa que todos lo han abandonado… ¡ni siquiera usted! Y si recibió a Jesús como su Salvador, él le dio potestad de ser hecho hijo de Dios (Juan 1:12). Tal Padre, ¿no se ocupará de su hijo?
¡Vale la pena, y es primordial, que usted conozca al Padre! Así podrá exclamar: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”, y también: “Hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor” (1 Juan 3:1; 4:16).
Levítico 23 – Efesios 2 – Salmo 70 – Proverbios 17:7-8
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