Se me hace curioso que existen personas que maltratan a los demás pero que esperan de ellos que les traten con amor.
Dado esto, quiero invitarle a que revise su vida para que se autoevalúe y se pregunte, qué es lo que estás sembrando en los demás.
En la Biblia, en la segunda carta a los Corintios, capítulo 9, verso 6, Pablo amplió la enseñanza de Jesús que nos enseña sobre el principio de sembrar y cosechar; y lo hizo comparando la actividad agricultural, la cual también la podemos entender en estos tiempos, porque sabemos que los cultivos crecen cuando se mantienen bien cuidados, con el suelo bien abonado, plantando buenas semillas, regando y estando pendientes durante su crecimiento, así, con el tiempo y en las condiciones adecuadas, las semillas sembradas producen una buena cosecha.
El versículo dice así, “Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará” (NVI)
La misma idea mencionada sobre los cultivos se aplica también a las semillas de amor sembradas en las vidas de los demás.
Puesto que aquellos que siembran generosamente el amor en otras personas pueden esperar cosechar amor generoso. Las semillas de amor se convierten en un huerto que dará buenos frutos.
En este momento, hay alguien a tu alrededor que valorara mucho una sonrisa genuina, un oído dispuesto a escucharle, una persona que ore por su situación sin recriminarle, o tal vez aprecie profundamente un regalo inesperado, o tan solo un abrazo sincero.
Las raíces divinas del amor se adentran en la tierra de un corazón humilde que está siempre listo para servir a otro en el Nombre de Jesús.
Es el amor como fruto del Espíritu Santo que se manifiesta en tu interior para dar sin esperar a nada a cambio.
Busca todos los días maneras de plantar las semillas del amor. Puedes mirar a los ojos de alguien que te ha ayudado con algo, di su nombre y dale las gracias por su trabajo.
Habla bien de tu familia, reconózcales por sus esfuerzos, de tal manera que se sientan amados.
Porque toda semilla de amor que hayas sembrado será como un gran cultivo que en su momento dará fruto abundante, que te dará en retorno amor sincero para ti cuando menos lo esperes. Porque se cumplirá la promesa de que, si siembras abundantemente, abundantemente cosecharás.
Oremos: “Amado Padre Celestial, gracias por tu gran amor, que es interminable y altamente generoso; gracias porque cada día por el poder de tu Espíritu me llevas a plantar semillas de amor en otros corazones, para ser un reflejo del amor de Cristo y del carácter que has puesto en mi interior, lo creo y declaro en el Nombre de Jesús, Amén”.
Versículo “Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará” 2 Corintios 9:6 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
BuenDiaTodosLosDias.com