Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo.
(Vers. Dios Habla Hoy) Prov 13:3
Cuando era pequeño tenía un familiar que siempre decía: – ¡En boca cerrada no entran moscas! -, dando a entender la necesidad de aprender a permanecer callado algunas veces.
La Biblia dice que “de la abundancia del corazón habla la boca”. Para poder conocer a alguien debemos dejar que hable por algunos minutos. De esa manera sabremos lo que hay en su corazón. Muchos de nosotros somos muy rápidos para hablar y lentos para oír. Si tú te has metido en problemas muchas veces, por hablar de más o fuera de tiempo, podrás entender lo que estoy diciendo.
El pasaje de este día nos aconseja a medir nuestras palabras y aprender a decir lo que necesitamos hablar. Abrir mucho la boca, hablando de más, generalmente conduce a la
calamidad y problemas posteriores.
Muchas veces nos traicionan los impulsos o los nervios, y decimos cosas “en caliente” que luego debemos arrepentirnos. Podemos evitar la calamidad en nuestras vidas, midiendo las palabras que salen de nuestros labios. Decidamos en este día comenzar a ser una clase diferente de personas, decidamos ser aquellas que miden lo que dicen y que saben cuándo deben hablar o cuándo callar.
Esto parece difícil de lograr pero con la ayuda del Señor, más nuestra propia disciplina, podremos lograrlo.
CONFESIÓN: MI BOCA ES UN INSTRUMENTO PARA BENDICION, QUE SABE CUANDO HABLAR Y CUANDO CALLAR.
Oracion: ¡Cuánto daño puedo causar a otros Señor con mis palabras dichas fuera de lugar!. Te entrego en este día mi hablar y las intenciones más profundas de mi corazón, para que me ayudes a saber cuándo callar y cuándo hablar. ¡Gracias Jesús! En Tu nombre, amén
Por: Ritchie Pugliese