El orgulloso, egoísta e individualista está a las puertas de vivir en un comportamiento que es obstinado y destructivo. Esto facilita el tomar decisiones equivocadas y romperá las relaciones con los seres amados.
Quien es orgulloso ofende y contiende con los demás. Vive bajo un espíritu que es altamente exigente para obtener resultados a corto plazo, coaccionando a los demás, pero a largo plazo la gente termina detestando su actitud dañina convirtiéndose en una relación tóxica.
Por otro lado, la falsa humildad es una forma sutil de ser orgulloso. Son personas que usan lenguaje sugestivo y aparentemente sabio, e incluso palabras espirituales para tratar de impresionar a otros, pero le aseguro que toda falsedad al final será descubierta.
En la Biblia en el libro de los Proverbios, capítulo 16, verso 18, dice “Delante de la destrucción va el orgullo, Y delante de la caída, la arrogancia de espíritu”. Proverbios 16:18 (NBLA)
Dos cosas son claras aquí, primero la segura destrucción del orgulloso, quien, aunque hoy pareciera triunfar; en el futuro se autodestruirá, viviendo una vida miserable y solitaria.
Segundo la caída del arrogante de espíritu, quien es aquel que se considera superior a los demás y que busca que los demás le sirvan, pero le cuesta dar y servir.
¿Conoces a alguien altivo y orgulloso?
La buena noticia es que es posible librarse de este mal, humillándose ante Dios y aprendiendo a pedir perdón a Dios y a los demás; cambiando la actitud de grandeza por sencillez de corazón.
El perdón es el gran remedio restaurador de almas, con el perdón se reestablece nuestra relación con el Señor, al aceptar nuestra necesidad de Jesús como el Señor. Pero también ante los demás.
Le motivo para que se haga participe en extender y recibir el perdón. Deje de darse crédito por sus logros y trasládeselos a Jesús, es decir, dele la Gloria y Honra a Dios por lo bueno que pasa en tu vida; pero a su vez asume la responsabilidad por tus malas decisiones y fracasos.
La humildad sincera es una virtud; dar y servir siempre serán la gran llave que abre las puertas del corazón humano. Entrega tu voluntad al control del Espíritu Santo y Él sanará tu corazón.
Y recuerda siempre lo que Jesús dijo en el evangelio de Lucas, capitulo 14, verso 11 “Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (NVI).
Oremos “Amado Padre Celestial, decido someter y humillar mi corazón ante ti, te pido que me protejas de mi propio corazón que a veces es terco y orgulloso; líbrame de toda atadura de egoísmo y de falta de amor por los demás, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”.
Versículo. “Delante de la destrucción va el orgullo, Y delante de la caída, la arrogancia de espíritu”. Proverbios 16:18 (NBLA)
Buen Día
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com
Excelente mensaje. Diis lo siga bendiciendo y no deje de escribir.
MUCHAS GRACIAS ESTA PARTE ME ISO SENTIR MUY BIEN
Amén, me alegra mucho saberlo, esa es parte de la intencion de estos mensajes cortos.
Dios le guarde