
Dunkin dijo: "El perro nunca miraba la carne. Parecía que pensaba que si lo hacía, la tentación de desobedecer sería demasiado grande. Así que miraba fijamente a la cara de mi padre." Dunkin, entonces, hizo esta aplicación espiritual: "Hay una lección en eso para todos nosotros. Siempre mira el rostro del Maestro".
Este es una gran ejemplo. Dios, nunca nos tentará a hacer lo malo. Sin embargo encontraremos muchas tentaciones en la vida, pero si mantenemos la vista fija en nuestro Señor Jesucristo, podremos sobreponernos a ellas. -Leslie E. Dunkin-
Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma.