
Alguien que había observado todo, se acercó y le dijo: “Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?”
El jóven respondió: “La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar” Y entonces, ayudándose de una hoja sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño, solo toma precauciones.
No seas vencido por lo malo; más vence con el bien el mal. –
Romanos 12:21