Reflexiones Cristianas – Aviso de Tempestades
Los montes se moverán, y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia,
ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo el Señor,
el que tiene misericordia de ti.
Isaías 54:10.
Diciembre de 1999: la tempestad excepcional Lothar devastó varias regiones de Francia, Suiza y otros países. La tragedia se acentuó debido a que este hecho tuvo lugar cuando todo el mundo se disponía a celebrar el histórico cambio de milenio (fin del año 1999 y el comienzo del 2.000) en un torbellino de festividades.
Felizmente algunos salieron librados sin demasiados perjuicios, a veces de manera espectacular. Cada diario contaba el relato de un milagro: una persona halló una chimenea sobre la cama que ella ocupaba habitualmente… un árbol cayó en la habitación de los niños ausentes… el techo de un edificio aplastó el vehículo que se acaba de estacionar… Es como si Dios dijera: –Ves, todo se derrumba en todas partes, pero pensé en ti. Lo he previsto todo, para que seas salvado, porque te amo.
Luego están aquellos cuyo cuerpo o afectos fueron afectados. Hay dramas ante los cuales uno no sabe qué decir. Sólo podemos recordar lo que la Biblia nos da como certezas comprobadas por generaciones de creyentes: “Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás” (Salmo 50:15).
Todos podemos encontrar la tempestad en nuestra vida, y debemos comprender que es Dios quien nos habla. Su primer mensaje es una invitación a arrepentirnos. Si lo escuchamos, él será para nosotros como esa “Roca” de los siglos, el gran Dios Creador y Salvador.