Púlpito Evangélico – COMPROMISO DE SENTARSE A LA MESA DEL SEÑOR

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COMPROMISO DE SENTARSE A LA MESA DEL SEÑOR

Pastor Jorge L. Cintrón

 

“Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 1 Corintios 11:26-28

 

Jesús luego de participar de la pascua judía, antes de ser crucificado, estableció una ordenanza para su iglesia. Al instituir Jesús  su Cena señaló que ella era símbolo del nuevo pacto entre Dios y el creyente.

 

La Iglesia de Cristo es la comunidad del nuevo pacto. El nuevo pacto se simboliza de forma categórica en la Cena del Señor. Al instituir su Cena Jesús dijo; al dar el pan, “Tomad, comed, este es mi cuerpo”; al dar la copa, “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto”. La Iglesia de Cristo es una comunidad especial, diferente al resto de la humanidad.

 

Nosotros, la iglesia bautista, señalamos que la Cena del Señor es una ordenanza. Una ordenanza, desde la perspectiva religiosa, es una ceremonia establecida por Jesús para que su iglesia la  practique hasta que Él venga por ella. Jesús estableció dos ordenanzas: su Cena y el Bautismo de creyentes. Las ordenanzas son ceremonias representativas de actos espirituales. El Bautismo representa el nacimiento espiritual de un creyente en Cristo Jesús. Es entrar a formar parte de la Iglesia. La Cena del Señor representa la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario. Es estar dentro de la Iglesia.

Al uno sentarse con Jesús a su mesa está haciendo un compromiso de santidad. “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.”

 

Hoy por hoy muchos creen que todas las personas que asisten a un templo forman parte de la Iglesia de Cristo. Jesucristo murió por todos los hombres, pero solamente forman parte de su Iglesia los que creen en su corazón que Jesús es su Señor, que Dios le levantó de los muertos y públicamente han confesado a Jesús como su Salvador. Forman parte de la iglesia los que habiendo confesado a Jesucristo como su Salvador “andan como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”  (Efesios 4:1-6) Forman parte de la iglesia los que, como señala Pablo al escribir en otra parte en 1 de Corintios, han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios dejando de ser  fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados, de echarse con varones, ladrones, avaros, borrachos, maldicientes, estafadores. Y yo añado y otras cosa parecidas.

 

La santidad de un creyente no se da dentro de las cuatro paredes de un templo.

La santidad del creyente se da dentro de sus acciones rutinarias fuera de las paredes del templo.

Quien no puede caminar en santidad fuera del templo debe tener cuidado al sentarse a la Mesa del Señor.

 

Al uno sentarse con Jesús a su mesa está haciendo un compromiso de proclamar su evangelio. “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.” Es un llamado a los que han creído en Jesucristo como Salvador y Señor a anunciar públicamente el ese mensaje.

No se puede perder la naturaleza de la misión de la Iglesia

 

Jesús les habló a sus discípulos antes de ascender al cielo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:18,19) “Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8)

Anteriormente les había dicho: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14)

 

Al proclamar el evangelio de Jesucristo uno se convierte en instrumento del amor divino.“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:16-18) El escritor de 1 Timoteo afirmó en  su carta: “Dios nuestro Salvador, quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”. (1 Timoteo 2:3-6) Pedro escribió en su segunda carta: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. (2 Pedro 3:8-10)

Al sentarnos con Jesús a su mesa renovemos el compromiso que tenemos como creyente a una vida santa y a una vida en la cual le anunciemos a otros el evangelio de Jesucristo.

 

COMPROMISO DE SENTARSE A LA MESA DEL SEÑOR, mensaje que será predicado el domingo 1 de agosto de 2021 a las 9:30am Transmisión por FACEBOOK a través de la página Primera Iglesia Bautista de Cayey.

https://www.facebook.com/Primera-Iglesia-Bautista-de-Cayey-109271561393430/ 

Jorge Cintron
Jorge Cintronhttps://www.elversiculodeldia.com
Pastor en Primera Iglesia Bautista de Cayey, Puerto Rico

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