BARTIMEO
Pastor, Jorge L. Cintrón Calzada
Mensaje para ser presentada en el Pabellón de Oración de la Primera Iglesia Bautista de Cayey, Puerto Rico el 2 de febrero de 2025, 10:15am
Texto Bíblico: Marcos 10:51,52
“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”
Al acercarse a Jerusalén Jesús, antes de enfrentar la cruz, un hombre sale al encuentro de Él y le grita ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! El resultado de ese grito que sale de este hombre fue su sanidad.
Esta historia se encuentra en los tres evangelios sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas. (Marcos 10:46-52, Mateo 20.29-34, Lucas 18:35-43) Hay algunas diferencias de cómo cada evangelista presenta esta historia. Marcos nos ofrece el nombre de este hombre: Bartimeo.
Bartimeo es un mendigo ciego que está a la orilla del camino cuando Jesús pasa hacia Jerusalén. Bartimeo le grita ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Jesús sanó a muchos ciegos a través de su ministerio.
Los evangelistas registran específicamente la historia de cuatro (4) sanidades de ciegos
El ciego sanado en Betsaida (Marcos 8.22-26) Jesús lo tomó de la mano y le sacó fuera de la aldea. Escupió en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
En otra ocasión dos ciegos siguen a Jesús dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de mí! (Mateo 9.27-31) Le siguen hasta la casa a la cual Jesús iba. Jesús les dice: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Jesús toca sus ojos pronunciando estas palabras: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos.
El evangelista Juan relata que en una ocasión Jesús se encuentra con un ciego de nacimiento (Juan 9.1-17) Escupe en tierra, hace lodo con la saliva, y unta con el lodo los ojos del ciego. Luego le dice: Ve a lavarte en el estanque de Siloé. El hombre va; se lava, y regresa viendo.
La cuarta (4) historia de sanidad de ciegos presentada en los evangelios es la de Bartimeo que se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas. (Marcos 10:46-52, Mateo 20.29-34, Lucas 18:35-43); a la cual hice referencia al comienzo de este mensaje.
Además, los evangelios relatan otra historia en la cual un hombre recibe la visión, pero a esa haré referencia al final del mensaje.
El Cristo que yo predico es el mismo que les dio la vista a estos ciegos. Yo proclamo que todavía en el día de hoy Él realiza milagros. Sus milagros ahora, al igual que en las historias de los evangelios, demuestran que Dios es soberano. Él obra de forma extraordinaria y solamente dentro de una norma. La norma del amor
Bartimeo, probablemente, se encuentra a la orilla del camino cerca de la puerta de salida de Jericó a Jerusalén.
Es un mendigo que está pidiendo limosnas para subsistir.
Viene a mi mente una pregunta: ¿Cuántas personas se encuentran hoy en día a la orilla del camino de la vida intentando subsistir a sus necesidades?
La pregunta la puedo hacer más precisa: ¿cuántos creyentes en Cristo Jesús no están a la orilla del camino sino sentados en los escaños de nuestros templos tratando de subsistir a sus necesidades?
La historia de Bartimeo da una solución: “la vida hay que vivirla desde la perspectiva de la fe”
La fe de Bartimeo se expresó a través de lo que él dijo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! ….. Maestro, que recobre la vista. Me recuerda esta historia la de aquella mujer que padecía de flujo de sangre que al Jesús pasar por donde ella estaba y oír de Él decía: “Si tocare tan solamente su manto, seré salva” (Marcos 5:27) Al Bartimeo decir ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! está expresando una fe que no está completamente desarrollada. Está viendo a Jesús como rey desde la perspectiva del Israel histórico. No hay que tener una fe desarrollada en conceptos religiosos para acercarse a Dios.
La fe que acerca a Dios es la fe que es sinónimo de confianza. Ese vocerío de Bartimeo hizo que Jesús se detuviera y lo llamara. ¿No necesitarás en este momento de tu vida impulsado por tú fe levantar un griterío delante de Jesús ten misericordia de mí?
Hay ocasiones que cuando expresamos nuestra fe los que están alrededor nuestro no entienden lo que estamos haciendo. Muchos de los que estaban alrededor de Bartimeo le reprendían para que callase. Pero él clamaba mucho más.
Aunque los que estén alrededor tuyo no te entiendan; Jesús te entiende.
¡Qué extraordinario Jesús, deteniéndose, mandó a llamar a Bartimeo! No tan solo lo llamó, sino que le dijo: ¿Qué quieres que te haga?
Hay que expresar una fe guerrera. Una mujer sirofenicia se acercó a Jesús “y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.” (Marcos 7:24-30)
La fe de Bartimeo se expresó con sus acciones. Bartimeo arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Ese acto significaba que Bartimeo renunciaba a ser un mendigo ciego. La capa era donde los mendigos, en aquel tiempo, guardaban el dinero que recibían y era lo único que tenían para protegerse de las inclemencias del tiempo según señalan algunos estudiosos bíblicos.
Hay personas que necesitan un milagro, pero no están dispuestos a actuar como si ya hubiesen recibido el milagro. Hoy por hoy nos sorprendemos cuando vemos un milagro. Deberíamos sorprendernos cuando no veamos el milagro.
La fe de Bartimeo se expresó de forma específica. Jesús le preguntó a Bartimeo ¿Qué quieres que te haga? ….. ¿Por qué esa pregunta? Físicamente Jesús veía que Bartimeo era ciego.
Jesús estaba en una ocasión en una casa y le bajaron un paralítico por el techo. (Marcos 2:1-12) Al ver Jesús el paralítico le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados. Luego Jesús sabiendo que habían unos cavilando en su espíritu les dijo: en su ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.”
Jesús no necesitaba que Bartimeo le dijera lo que necesitaba, pero Bartimeo necesitaba decirle a Jesús lo que quería que hiciera.
La fe de Bartimeo obtuvo algo más que su sanidad. Obtuvo su salvación
Deseo que tengas claro en tu mente que Dios quiere hacer cosas hermosas en tu vida. Lo más hermoso que quiere hacer es salvar tu vida.
Hay una quinta (5) historia sobre sanidades de ciegos que hizo Jesús.
Jesús estaba clavado en la Cruz y el evangelista Marcos relata este milagro de vista a un ciego (Marcos 15:37-39) Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. La ceguera de ese centurión fue sanada cuando Cristo murió. A ese centurión no le quedó otra alternativa más que decir: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. Esa confesión obró en él el milagro de la salvación
Te conceda Dios tu milagro.
Aprópiate de él a través de la fe. Habla como una persona de fe. Actúa como una persona de fe. Pide como una persona de fe.
A través de la fe acepta la salvación que Cristo te ofrece.
Disfruta tu milagro.