“Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.” Jeremías 29:7
El rey de Jerusalén, sus hijos, la madre del rey y una gran parte del pueblo fue capturado por el rey Nabucodonosor y llevados en cautiverio a otras tierras. El versículo de hoy es una porción
Esta es una parte de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los que fueron deportados, a los sacerdotes y profetas, y a todo el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia
¡Qué ironía! diríamos nosotros, como es posible que Dios le pida a su pueblo amado y elegido que procuren la paz en Babilonia, aquella tierra donde fueron llevados a esclavitud. ¿Cómo procurar la paz en aquel lugar después de semejante derrota, aquel lugar donde pasaron a ser esclavo después que eran libres y después de haber derrotado a tantas otras naciones? ¿Dónde queda el orgullo?
Estas son las cosas que nos hacen reconocer a Dios como Señor de orden y disciplina. El pueblo elegido de Jehová estaba siendo disciplinado por su mal comportamiento. Por tal motivo Dios mismo permitió que su orgullo fuera pisoteado y se vieran humillados hasta lo más sumo, sin embargo, en medio de esta corrección Dios les ordena que procuren la paz en aquella tierra y por si no fuera suficiente también les dice “rogad por ella”.
Muchas veces nosotros somos llevados en cautiverio a tierra de Babilonia, permitido por nuestro Señor; para disciplinarnos, para modificar nuestro carácter, para desarrollar nuestra humildad o para trabajar cualquier otra área de nuestra vida. ¿Y qué hacemos nosotros cuando esto nos sucede? Oh rápidamente vamos a Dios en oración, pidiéndole justicia, rogándole que nos quite de ese lugar o que nos mueva fuera del mando de esa persona, sin reconocer lo que Dios está mejorando en nosotros a través de ese suceso.
Recordemos que cuando descansamos en las manos de Dios todo cuanto nos acontezca obrará para nuestro bien, aunque a usted no le parezca al principio. Espere un poco más y podrá glorificar a Dios y dar gracias por lo que ahora experimenta.
Todo será para su beneficio y mientras más rápido aprendamos a tener una actitud de humildad, sencillez de corazón para aceptar las disciplinas o los métodos de Dios, más rápido aprenderemos nuestra lección y saldremos de la prueba.
Si hoy te sientes viviendo en esclavitud, por tu empleo, tu hogar, tu lugar de estudio, tu vecindario o país donde estés, y crees que Dios no te escucha, primero medita en tu circunstancia, examina la enseñanza que Dios te quiere dar. Arrepiéntete de tu orgullo, de tu altivez, de tu autosuficiencia de todo eso que hace envanecer tu alma.
Hay bendiciones maravillosas cuando obedecemos los mandatos de Dios. Procura que allí donde estas haya paz si de ti depende, muestra el carácter de Cristo sin importar el escenario que te está tocando vivir. Y ruega en oración, con ruego sincero, que Dios prospere en paz el lugar donde estas, porque de allí también vendrá la paz y la bendición para ti.
DECLARACION: Yo soy instrumento de paz sin importar el lugar donde Dios me envíe.
Oración: Amado y maravilloso Dios, una vez más te doy las gracias por la manera que tienes de mostrarme tu amor, porque sé que el padre que ama a su hijo lo disciplina y tú me amas. Te pido que me ayudes a procurar la paz donde estoy y te ruego que el carácter de tu hijo Jesucristo se refleje en mis acciones. Amen.
-Por: Mildred Natera