Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre, se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Filipenses 2:5-8
Para nosotros suele ser muy difícil mostrar un carácter de humildad, sobre todo cuando tenemos una posición de jerarquía ya sea en lo laboral o incluso nuestra postura como padres.
Ser imitadores de Cristo es nuestro objetivo y no hay mayor característica que la humildad para que seamos reconocidos como buenos cristianos.
Practiquemos la humildad hasta que se vuelva parte integral de nuestras vidas.
Dios te bendiga y te guarde.
-Por: Mildred Natera