
Por qué te abates, alma mía?
Todos nosotros pasamos por momentos donde nuestra fe no es tan fuerte como nos gustaría que fuera, nos podemos sentir débil espiritualmente, que no pertenecemos a la familia de Dios, y hasta sin fuerza para glorificar y alabar a Su Nombre; pero en lugar de condenarnos por nuestra debilidad debemos reconocer que Dios es fiel y muestra de su fidelidad es Su Hijo Jesús.
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios, porque aún he de alabarlo,
¡Salvación mía y Dios mío!
Salmos 43:5
Por: Analidis Alvarez