Muchas personas sufren sin que otros lo sepan; puede ser por una enfermedad o por causa de alguna situación que los agobia.
Este fue también el caso de David quien expreso su dolor ante el Señor en el Salmo 38, quien al parecer por una enfermedad sufrió el abandono de los seres cercanos y el aprovechamiento de sus enemigos, pero, en medio de su dolor, expresa algo poderoso, que demuestra su fe en la respuesta de Dios.
Está en el verso 15 que dice así, “Señor, yo confío en ti; ¡tú, Señor mi Dios, responderás por mí!” (RVC)
Solo por la confianza absoluta puesta en el Señor es que se recuperan las fuerzas para vencer por sobre las circunstancias más difíciles de la vida.
Te pregunto, ¿Estás hoy sufriendo en silencio por una enfermedad, o tal vez estás pasando por una dificultad y no sabes cómo enfrentarla?
La respuesta es clara, que tú, de igual manera en la que lo hizo David, puedas decir, “yo confío en el Dios de mi salvación”, incluso que te atrevas a darle gracias al Él porque te dará la respuesta para tu necesidad, hará que tu dolor sea soportable, te mostrará camino nuevo por el que puedas andar y ver la gracia y la manifestación de Su Gloria en ti.
Jesús vino a este mundo a reflejar al Padre, para que toda la humanidad pudiera conocer el carácter del Padre. En él hay paz, sanidad, poder para levantarse cuando te sientas derrumbado, solo en Jesús encontramos el camino a la vida eterna y a la restauración del Padre.
Entrégale tus cargas, dolores y dificultades a Jesús que El tiene cuidado de Sus hijos.
Oremos, “Amado Señor, hoy vengo ante Ti para colocarte mis cargas, dolencias y preocupaciones, confiado(a) en que Tú me darás la respuesta, el alivio y me entregarás la guía para superar cada situación difícil, en mis fuerzas y conocimiento no puedo, pero con tus fuerzas y sabiduría todo lo puedo, lo creo y declaro en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo, “Señor, yo confío en ti; ¡tú, Señor mi Dios, responderás por mí!” Salmos 38:15 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
BuenDiaTodosLosDias.com