Piedras vivas.
En su serie “Lo que el mundo debe saber”, Ray Vander Laan enseña sobre una maravillosa tradición de la cultura del Medio Oeste. Cuando algo significante o religioso sucede, se toman unas piedras y se construye un monumento para que cualquiera que lo vea pueda preguntar: “Qué pasó ahí?”. Esa pregunta le da a la persona que alzó este memorial la oportunidad de decir lo que aconteció.
Cuando Dios hizo pasar a Su pueblo a salvo, a través del Jordán y hacia la Tierra prometida, les ordenó alzar doce piedras en el río, representando a las doce tribus de Israel. Luego el Señor dijo:
“Para que esto sea señal entre vosotros, y cuando vuestros hijos pregunten a sus padres mañana, diciendo: Qué significan estas piedras? les responderéis: Que las aguas del mar rojo fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová, cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron, y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre.”
Qué bendición sería si nuestra vidas tuvieran la misma función! Qué bendición si las personas a nuestro alrededor notaran la forma en que enfrentamos los problemas, cómo actuamos en amor, las decisiones que tomamos, la forma en que criamos a nuestros hijos… y fueran movidos a preguntar: “Qué pasó en tu vida?? “Qué gran bendición si pudiéramos decir: “Déjame contarte lo que Dios hizo en mí”!!
En nuestros hogares, escuelas, vecindarios, iglesias, juzgados, en el día a día, y aún en prisión, en cualquier lugar donde se encuentre el pueblo de Dios, podemos se testigos en palabras y acciones de Aquel que actúa en nuestras vidas de forma personal, y con eterno poder.
Por gracia, Somos piedras vivas!! Por gracia fuimos escogidos y perfectamente fijados en Cristo Jesús. La gracia del Señor nos acompañe y que al ver otros nuestras vidas, puedan glorificar a nuestro Amante y Santo Padre Celestial.
Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1Pedro 2:5
Oración:
“Señor Jesús, mi piedra viva, te ruego que mi vida sea cada día un monumento en tu honor. En tiempos de bendición y tentación, prosperidad o persecución, pueda yo publicar tu fidelidad ante un mundo lleno de pecado y sin esperanza. Que pueda yo proclamar que tú eres el Dios vivo, el Dios verdadero. En tu precioso nombre, Amén.”
*Tomado de “Blueprints for Life” por Tim Weseman.*
Enviado por: Vanessa A.