Todo tiene su tiempo y su hora. No te impacientes. No cometas el error de tratar de hacer las cosas en tu tiempo. Espera el tiempo de Dios. Jesucristo nunca llega antes; ni tampoco llega tarde. Jesucristo simplemente está contigo siempre. Tus tiempos están en las manos de Dios y Él hará que se cumpla el propósito que tiene para ti como su hijo. Disfruta este día (Jorge L. Cintrón)