Hay que tener cuidado de los pensamientos en los cuales meditamos. Hay ideas que llegan a la mente cual saetas para provocar desasosiego en nuestros pensamientos. La mente es un campo de batalla donde se pueden desarrollar las más grandes guerras. Hay que meditar en lo que es agradable a Dios. Mis pensamientos le pertenecen a Dios y Jesucristo es Señor de mi vida y eso incluye mis pensamientos. (Jorge L. Cintron)