Ama a Jesucristo con todas las fuerzas de tu corazón; piensa continuamente en Él; vive tu vida para Él; dale el primer lugar siempre a Jesús y serás como árbol plantado junto a corrientes de agua. Darás fruto en su tiempo. Tus hojas no caerán y todo lo que hagas prosperará. (Jorge L. Cintrón)