La vida cristiana es una de gozo continuo. Tal vez puedas señalar que aunque eres cristiano las circunstancias que están alrededor de ti te quiten el gozo. Eso no es cierto. El gozo tuyo depende de la obra que Dios ha hecho en ti. El enemigo utiliza esas circunstancias para que tú permitas que la tristeza llene tu vida. Tú escoges a quién vas a escuchar al adversario que te quiere hacer ver que la obra que Cristo realizó en ti no es real o a Jesucristo que te dice regocíjate en mí siempre. (Jorge L. Cintrón)