Vivir la vida dependiendo de Dios es un gran reto de todo creyente. Es fácil cuando vemos a Dios siendo nuestro proveedor y permitiendo que logremos nuestras metas. La dificultad comienza cuando Dios nos detiene; cuando cambia nuestros planes. Dios siempre está sentado en su Trono y Él quiere lo mejor para nosotros (Jorge L. Cintrón)