
Y lo mismo sucede a nivel personal. Cuando mi esposo y yo decidimos emigrar, el plan original era venir para los Estados Unidos. Era nuestro plan pero no el de Dios. El plan de Dios implicaba un desvío de un año y medio por otro país, en este caso, Canadá. En aquel entonces a mí me resultó un poco difícil comprenderlo. Con mis ojos humanos no podía encontrar el sentido a aquel aparente inconveniente…
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Fuente Original: Para cuando la vida nos presenta desvíos