Algunos hombres han entrado encubiertamente… y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Judas 1:4
Por ahí andan muchos… lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo.
Filipenses 3:18
Hace unos quince años Sebastián, un joven estudiante creyente, iba todos los fines de semana a casa de sus padres en tren, y le gustaba hablar con los demás pasajeros. Aprovechaba cada oportunidad para hablar de Jesús, a quien conocía como su Salvador y verdadero amigo.
Para volverse cristiano no basta con bautizarse o ser honesto; es indispensable reconocerse culpable ante Dios. Reconocer lo que necesita mi verdadero estado de pecador ante él. Es necesario creer que Jesús se entregó en la cruz, que sufrió en mi lugar el juicio que yo merecía».
