Sabemos que el estado de ánimo afecta nuestro desempeño en la vida, cuando estamos alegres las cosas se ven mas bonitas y todo se torna positivo y agradable; por el contrario, cuando estamos desanimados y tristes todo a nuestro alrededor se ve gris, sin ánimo, ni deseos de hacer las cosas bien.
De lo profundo del corazón salen las palabras que expresamos, si hay amor, perdón, gozo en el corazón las palabras serán amables y constructivas, pero si hay celos, rencor e ira, las palabras que salen serán destructivas.
En la Biblia en el libro de los Proverbios, capítulo 16, verso 24, dice así, “Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo”. (NTV)
En la práctica podemos decir que las palabras amables edifican relaciones, establecen puentes de restauración, expresan amor y animan a los demás; y agrega la Palabra de Dios que son dulces al alma, porque aportan entusiasmo y deseos de vivir, expresan actitudes positivas; además asegura que son saludables para el cuerpo
Como las buenas palabras producen bienestar, hoy te propongo buscar intencionalmente usar palabras que construyan que animen y que sanan
Antes de comenzar un nuevo proyecto, una nueva relación, o un nuevo ciclo, un nuevo año, revisa el estado de tu corazón, permite que el Espíritu Santo limpie todo dolor y amargura, que la Palabra de Dios traiga paz y te convierta en un restaurador de relaciones.
Que en lugar de ver los errores en los demás, lo malo que hayan hecho, seas capaz de encontrar lo mejor en ellos, y que uses palabras amables, no de condenación, sino de aceptación, no de juicio, sino de amor.
Deseche de su vida el chisme y la grosería; utilice palabras que traigan libertad y paz en lugar de contienda y maledicencia. Deje que sus palabras alienten a otros hablando de fuerza, esperanza y victoria.
Que puedas ver que tus palabras son como semillas, que al sembrarlas producirán un fruto en quien la reciba, pero que sean semillas llenas de amor para que el amor fluya en el corazón de los demás como el más apreciado fruto de bendición.
Oremos “Amado Señor, Gracias te doy por mostrarme el beneficio de hablar bien. Decido desde hoy usar palabras amables, para edificar y sanar los corazones, para traer salud al alma y al cuerpo. Solo te pido que me ayudes a cambiar el estado de mi corazón para que pueda ser objeto de bendición para los demás, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén.”
Versículo, “Las palabras amables son como la miel: dulces al alma y saludables para el cuerpo”. Proverbios 16:24 (NTV)
Buen Dia
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com