ROMANOS 12:1,2 “Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. 2 No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
La Biblia nos dice que la voluntad de DIOS es buena, agradable y perfecta en todo sentido (Romanos 12:2). Para disfrutar de la vida espiritual en su máxima expresión, necesitamos descubrir los planes de DIOS y Sus deseos para nosotros, y luego andar en éllos cada día. Pero, ciertos obstáculos pueden impedirnos discernir tales propósitos:
La voluntariedad. Nosotros somos nuestro obstáculo más grande. Nacemos con una naturaleza que desea hacer las cosas a su manera. Para poder obedecer el plan de DIOS, tenemos que rendirnos a ÉL y aceptar Su voluntad. Tenemos que decidir cada día dejar que ÉL gobierne nuestros pensamientos, emociones, familia, trabajo y decisiones. Rendirse a DIOS significa la victoria; aferrarnos a nuestras ideas nos hace fracasar (vea 1 Corintios 15:57) “57 Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”.
La ignorancia de los principios de DIOS. Erramos cuando no sabemos lo que es importante para DIOS y lo que hay que evitar. Nuestra mente puede cambiar de lo terrenal a lo espiritual sólo con la lectura y aplicación constante de la Palabra. Sin la luz de la instrucción bíblica nos desviaremos del plan de DIOS: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.” (Salmos 119:105).
La influencia de los demás. La gente tiene un montón de opiniones acerca de lo que debemos hacer, y de cómo quiere DIOS que nos conduzcamos. A menos que seamos muy cuidadosos, actuaremos para satisfacer a las personas. Entonces terminaremos fuera de la voluntad de DIOS, porque pusimos a otros primero que a ÉL.
Si nos abandonamos al cuidado de DIOS, entonces nuestro “yo” será dominado, crecerá nuestra hambre por Su Palabra y viviremos para agradarle a ÉL, no a los hombres. ¿Le has dado el “trono de tu vida” al SEÑOR?
ORACIÓN: Señor, no permitas que estos obstáculos me impidan acercarme más a Ti, por medio de la lectura y estudio de Tu Palabra, la oración y poder compartir lo que he aprendido. Gracias Señor. Te lo pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén.