Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Salmos 23:4-6
Hoy estas de pie, aunque tus pies estén cansados. Sabiendo que Dios está a tu lado y que El te ayudará a alcanzar aquello que te ha prometido. No desmayes.
Dios te bendiga y te guarde!