La serpiente… dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho…?
Génesis 3:1
Velad; porque vuestro adversario el diablo… anda alrededor… Resistid firmes en la fe.
1 Pedro 5:8-9
Tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Efesios 6:16
En tiempos del rey Ezequías, tropas enemigas conducidas por el rey de Asiria sitiaron la ciudad de Jerusalén. Una táctica empleada por el agresor para hacer que los asediados abandonasen el combate era gritar en lengua hebrea palabras despectivas sobre el poder de Dios. Pero estos habían recibido una orden formal: “No le respondáis” (2 Reyes 18:36).
Encontramos la misma sabiduría en tres creyentes en Babilonia, quienes rehusaron adorar la estatua del rey Nabucodonosor. Este rey los amenazó con echarlos en el horno, y para intimidarlos, añadió: “¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?”. Su respuesta fue clara: “No es necesario que te respondamos sobre este asunto” (Daniel 3:15).
Al igual que en aquellos tiempos, el diablo quiere destruir la confianza del creyente. Trata por todos los medios de hacerle creer que Dios está en contra suya, que no sirve de nada contar con Él. Quiere poner en duda el poder de Dios para liberar a los que confían en él. ¡Su objetivo es turbarnos!
Nunca tratemos de argumentar con el diablo; él es demasiado inteligente. ¡No discutamos con él, pues de todos modos saldríamos perdiendo! Jesús, quien fue tentado por el diablo en el desierto, no refutó sus mentiras. Su respuesta invariable fue citar la Biblia: “Escrito está”, el único argumento sin réplica. Dios habló y esto es suficiente. La Palabra de Dios es nuestra arma más eficaz contra Satanás.
Isaías 52-53 – Marcos 9:1-29 – Salmo 55:1-7 – Proverbios 15:3-4
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