Observo con frecuencia que hay muchas personas que quieren pasar tiempo con Dios, pero que se olvidan de poner el despertador; otros tienen la intención de leer la Biblia y orar, pero se quedan dormidos en el intento; otros han sido invitados a los servicios en las congregaciones y a los grupos de oración, pero sienten que después de un duro día o de una exhaustiva semana de trabajo están demasiado cansado(a)s para ir a estos compromisos.
Por lo tanto, es importante saber que hay un enemigo de tu vida espiritual y del crecimiento de tu fe en Cristo; este es Satanás, quien es astuto y se esfuerza por robarte el gozo y destruir tus mejores intenciones de ser fiel con el Señor.
Pero el que “mora en Ti es mayor que el que está en el mundo”
El Espíritu Santo de Dios te trae “convicción” la cual te permite reconocer cuando te has equivocado y te motiva a hacer las cosas de manera diferente en el futuro.
Es claro que la culpa crea ataduras de dolor y amargura y por ese medio el enemigo de tu vida te convence de que nunca vas a poder avanzar en tu relación con el Señor.
Así pues, ten la certeza de que la convicción de fe y de hacer lo correcto viene del Espíritu Santo, pero todo sentimiento de culpabilidad es una herramienta de Satanás.
En la Biblia, en el libro de los Proverbios, capítulo 3, verso 3, dice lo siguiente “No te apartes de la misericordia y la verdad; átalas alrededor de tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón”. (RVC)
Amar de Dios por medio de su misericordia y Su gran fidelidad son dos formas en las que Dios se describe a sí mismo. Y quiere que lo imitemos, siéndole fiel a Él, haciendo que Su verdad en Cristo Jesús, sea nuestra verdad, de tal forma que, en lo profundo de nuestro corazón, tengamos escrita toda la revelación de Su Palabra, de tal manera que ni el enemigo, ni nuestra carne nos alejen de hacer lo que debemos como Cristianos
Por eso, cuando las circunstancias nos hacen rendirnos, Dios nos dice que recordemos “quién es Él” y que mostremos esas características a los demás, incluyéndonos a nosotros mismos, superando la pereza, el cansancio o las mentiras en nuestra mente y acudamos a la cita diaria con Él, y a cada compromiso que tengamos con los hermanos en las congregaciones.
Te recuerdo que Jesús fue a la cruz a morir por ti para que tu fueras redimido del poder del pecado, por lo tanto, cualquier otro sacrificio que nosotros tengamos jamás se comparara a su sacrificio de amor. Así que, no aplaces lo importante.
Oremos “Amado Señor, te pido perdón por dejar que la rutina, el cansancio y el enemigo me alejen de ti, te pido que me fortalezcas y que avives a mi corazón para que Tu verdad sea evidente en mi mente y en lo profundo de mi ser, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo “No te apartes de la misericordia y la verdad; átalas alrededor de tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón”. Proverbios 3:3 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
Buendiatodoslosdias.com