A veces las circunstancias de la vida nos abruman con frustraciones,
sufrimientos, temores, luchas en las relaciones, dudas.
La lista es interminable. Al enfrentarnos con éstas,
debemos darle gracias a Dios porque hemos hallado
amistades que nos han ayudado a compartir las cargas
y aliviar la desesperación. El saber que alguien se preocupa
por nosotros y que está orando por nosotros nos
ayuda a enfrentar lo peor. Pero lo más importante
que debemos tener presente es que
Jesus siempre está a nuestros lado para
extendernos las mano.
Amado Dios, gracias y mil gracias por los regalos de amigos
que me has dado, te pido que los bendiga de una
manera súper especial, concediendo las peticiones
de su corazón y puedan cumplir
sus metas en este próximo año 2011.
Mejor son dos que uno, pues reciben
mejor paga por su trabajo. Porque si caen,
el uno levantará a su compañero; pero
¡ay del que está solo! Cuando caiga
no habrá otro, que lo levante.
Eclesiastés 4:9-10