“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Cuando decimos “Todo lo puedo” significa que no existe nada en la vida que no logremos con el inmenso amor de Jesús. Cuando andamos con el favor de Dios, no hay obstáculos que no podamos saltar, no hay enfermedad que no podamos vencer. ¿Quién dijo que no se puede? Sí se puede; solo levántate y di: “yo puedo, todo lo puedo en Cristo que me fortalece, yo voy a seguir hacia adelante con la ayuda de Dios. Sí se puede; solo pon un poquito de esfuerzo; continúa; pero no te detengas, porque Dios tiene planes para tu vida. Si te detienes no podrás ver esos planes, confía en Dios con todas tus fuerzas, persevera en Él y verás Su mano a tu lado. “Porque Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11
¿Quién dijo que no puedo? Si Dios está conmigo ¿quién contra mí? (Romanos 8:31) Hoy he decidido levantarme, aunque los problemas me arropen, aunque los obstáculos de la vida quieran derrumbarme, aunque el enemigo me haga creer que no soy nada, ni nadie; hoy me abriré paso en el nombre de Jesús. Sé que con mis fuerzas será difícil para mí, sé que en mí no hay tal fuerza; pero confió en Uno que si me puede ayudar a recobrar mis fuerzas; su nombre es Jesús de Nazaret. Él es quien me levanta y me da las fuerzas para ver un nuevo amanecer. Yo sé que puedo salir hacia adelante y no voy a retroceder. Seguiré la carrera, aunque llegue a la meta sin fuerzas. Sí; me levantaré y no me pararé, los que se paran en la carrera es porque no lucharon. Muchas veces nos desesperamos cuando no vemos los planes que Dios tiene para cada uno de nosotros. En este proceso, debemos de revisarnos y ver dónde estamos fallando y arreglar cuentas con Dios. Su misericordia es tan grande que quiere lo mejor para nosotros y nos vuelve a recibir con los brazos abiertos.
Puede darse el caso, que está esperando ver la mano de Dios obrando en tu vida y en esta espera, te angustia y la fe se disminuye. Te diré que Dios camina por caminos misteriosos, si tú no obtiene lo que deseas es porque Dios tiene algo mejor para ti. Él cuida a Sus hijos, Él te prometió que nunca te desampararía. Dios nos habla de la perseverancia. Esta palabra significa en el diccionario bíblico; constancia, persistencia, atender constantemente, continuar sin desvíos, adherirse firmemente, agarrarse bien. La misma palabra lo dice, agarrarse bien y continuar sin desvío. Debes continuar y nunca pararte. ¿A quién tú busca para levantarte? ¿Quién es tu fuerza? Sé que has pasado por situaciones muy difíciles donde te has visto caer y sin fuerzas para levantarte; pero hoy te digo de parte de Dios que, aunque veas todo oscuro, Dios estará a tu lado alumbrando tus pasos. Cobrad ánimo piensa en tu futuro, en los planes que Dios tiene para ti.
Probablemente me dirás: “usted no sabe por la tormenta que estoy pasando.” Te diré que todos en algunos momentos de nuestras vidas hemos pasado por tormentas y tribulaciones. La Palabra de Dios nos dice que es necesario que pasemos por tribulaciones; porque en ellas nos fortalecemos. Romanos 5:3-4a: “nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter. Cuando usted atraviesa por una tormenta, su fe es probada, porque aprendió a confiar en Dios con perseverancia.
La casa donde vivíamos en Lawton, Oklahoma tenía un jardín muy bonito, donde cada primavera plantaba semillitas de pansy. Durante ese proceso, tenía que desarrollar perseverancia para poder ver bellas flores en mi jardín. Si no le echaba agua se morían, si no la podaba no se multiplicaban, o sea tenía que estar encima de estas plantas toda la primavera, el verano y comienzo de invierno. Todo este sacrificio por ver mi jardín florecido. En la vida tenemos que levantarnos y hacer esfuerzos si queremos ver florecer nuestras vidas y nuestro futuro.
La perseverancia tiene que ver con el proceso de restauración, de levantarnos y seguir caminando. La historia del bambú japonés me impresionó mucho porque se asemeja con el proceso de restauración, continuar y levantarnos otra vez. La persona que siembra esta semilla tiene que esperar siete años para ver salir sus primeras hojas. Durante ese proceso, esta planta genera un complejo sistema de raíces, para poder sostener su tamaño de tal forma que la planta refleja sequedad y deterioro. Durante el proceso y para la vista de los demás, la semilla de bambú refleja que está muerta, pero no, ese es su proceso de crecimiento. Hay que desarrollar mucha perseverancia para poder ver el crecimiento de esta planta. Esta persona tiene que dedicarle a esta planta siete años y cinco meses para poder ver sus hojas. Tiene que estar sujeta a cuidar el terreno, echarle agua aun cuando piense que no hay esperanzas de ver retoñar sus hojas.
Si tus raíces de dolor son profundas y se han detenido por muchos años, quiero decirte que hay vida en ti, hay esperanza en tu vida. Era necesario que te fortaleciera para poder desarrollar fuerzas y levantarte. Todas las cosas obran para bien para los hijos de Dios. Algunas personas que han plantado el bambú japonés se cansaron de esperar y dejaron de cuidar la planta, porque se rindieron y no perseveraron, pensaron que la semilla estaba muerta. Aun cuando pienses que no hay vida para ti, hay una esperanza para ti en este día. La semilla de bambú se veía inactiva, pero estaba fortaleciéndose para poder levantarse con fuerza. Ahí donde te encuentras, déjame decirte que Dios te creo con propósitos para que sea cabeza y no cola, para darte bienestar y no calamidad. Confía siempre en Él y verás que, aunque vengan las tormentas, Él te levantará. No te rindas.
Oremos:
Padre en el nombre de Jesús te doy gracias por todas tus bendiciones. Te alabamos y te bendecimos y te damos toda la honra y toda la gloria por los siglos de los siglos. Señor Jesús gracias por el sacrificio que Tú hiciste por cada uno de nosotros en la muerte del calvario. Padre en el nombre de tu Hijo Jesús, clamo bendiciones para todo aquel que está leyendo este mensaje. Que las promesas de Jeremías 29:11 sean realizadas en sus vidas. Padre acuérdate de tus hijos y bendícelos de acuerdo a sus necesidades. En el nombre de Jesús. Amén. Si está pasando por tormentas y no encuentra refugio, te invito a que te refugie en Jesús; Él no te despreciará. Confía en Él, entrégale tus cargas a Él y verás a Dios obrando de una manera súper poderosa en tu vida. Si no conoce de Jesús te extiendo esta invitación que de seguro cambiará tu vida. Favor de repetir conmigo esta oración en el nombre de Jesús.
Señor Jesucristo, vengo a Ti, así como soy, un pecador (a) me arrepiento de todos mis pecados, límpiame de toda maldad, renuncio a Satanás, y a todas sus mentiras. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Señor me entrego a Ti por completo, entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador. Hazme la persona que Tú quieres que yo sea, sana mi cuerpo y mi alma. cúbreme con Tu preciosa sangre, escribe mi nombre en el Libro de Vida y lléname con tu Espíritu Santo. Gracias Señor por salvarme, gracias por hacerme una criatura nueva de Dios, en el nombre de Jesucristo, Amén.
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Fuente Original: Me Levantaré