Es absolutamente claro que, tanto la moral como la forma de hablar de las personas han estado en decadencia en los últimos años
Muchos parece que han perdido la capacidad para refrenar su enojo y por lo tanto se presentan gritos e insultos innecesariamente, además hay una alta tendencia a llevar una vida enfocada en los placeres, sumado a que estamos pasando por tiempos de división y confusión en la sociedad.
Si bien esto es cierto, los cristianos estamos llamados a vivir de manera diferente.
En la Biblia, específicamente en la carta a los Efesios, capítulo 5, versos 3 al 4 “Entre ustedes ni siquiera deben hablar de inmoralidad sexual, ni de avaricia, ni de ninguna otra clase de depravación, pues ustedes son santos. Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den gracias a Dios”. (RVC)
Aquí el apóstol Pablo reconviene al pueblo de Éfeso, recordándoles que no deben imitar la conducta de la sociedad de aquella época, sino que por el contrario necesitaban mantenerse alejados de la inmoralidad y del deterioro social y cultural de esos lugares, siendo obedientes a lo que la Palabra de Dios establece.
Otra área de preocupación eran las palabras que salían de la boca de las personas, así que Pablo exhorta a los creyentes a evitar el uso de lenguaje obsceno, grosero y tonto
La realidad es que con la presión económica y cultural de esta época es fácil que muchos se enojen y derramen hiel por su boca; pero los cristianos necesitan entregarle su manera de hablar al Señor, para que lo que salga siempre sea lo que bendice y no lo que maldice; que se expresen con palabras de edificación en lugar de usar lenguaje profano que daña el corazón tanto propio como de los demás.
En los versículos de hoy se enfatiza en una alternativa, dice que en lugar de hablar lo incorrecto, más bien que tengas una disposición para ser agradecido(a).
Y esto es más que decir “gracias”, implica tener una actitud de agradecimiento, lo que significa que tienes la claridad de dónde vienen tus bendiciones y luego profesar eso con tu boca.
Significa entonces que no sigues la cultura de la sociedad, ni te unes a la cultura de la división y del odio, sino que amas a Dios y obedeces a Su Palabra; estando permanentemente agradecido(a) por todo lo que Él ha hecho en ti; pero también que amas a tu prójimo y lo tratas con respeto; esto se resume en que “estamos llamados a vivir de una manera diferente”.
Oremos “Amado Señor, hoy dispongo mi corazón para que lo transformes y sea agradable para ti. Te pido que me ayudes a no parecerme a lo que la cultura y la sociedad de hoy en día están infundiendo con temor, odio, iras, amargura y con irrespeto para contigo y para con los demás. Quiero ser como Jesús, es decir que mi vida sea un reflejo de Su Gloria, lo pido en Tu bendito y santo Nombre, Amén”
Versículo “Entre ustedes ni siquiera deben hablar de inmoralidad sexual, ni de avaricia, ni de ninguna otra clase de depravación, pues ustedes son santos. 4 Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den gracias a Dios”. Efesios 5:3-4 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
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