Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
2 Pedro 1:21
Toda la Escritura es inspirada por Dios.
2 Timoteo 3:16
La Biblia molesta, pues dice la verdad: nos muestra lo que somos realmente. Algunas veces preferiría que se equivocase, pero al leerla debo reconocer que Aquel que la escribió me conoce perfectamente, y sabe precisamente qué necesito. Esto no debería sorprendernos porque sabemos que la Biblia fue inspirada por Dios mismo, como ella misma lo afirma (2 Timoteo 3:16).
Los escritores de la Biblia eran hombres que tenían una relación con Dios. Por su Espíritu, Dios dio a cada uno de ellos sus propias palabras que luego nos transmitieron. Moisés, por ejemplo, “escribió todas las palabras del Señor”, y Dios le dijo todavía: “Escribe tú estas palabras” (Éxodo 24:4; 34:27). Las profecías bíblicas forman parte de ellas. Como son palabras de Dios, se cumplieron o se cumplirán cuando llegue el momento preciso. Esto debería convencernos de que todo lo que la Biblia dice es verdad y se cumplirá un día u otro.
La Biblia enseña con autoridad: “Así habló el Señor” (Jeremías 30:2). Se dirige en su totalidad al corazón y a la conciencia. Esta palabra de Dios es activa, viva y poderosa por el Espíritu Santo para actuar en nuestro corazón y nuestra conciencia. En todos los que la recibieron y la creyeron, ella produjo la vida y una verdadera luz interior.
¡Déjese iluminar por esa luz divina, lo único que puede hacer que usted no quede reducido al ámbito limitado de sus propios pensamientos! ¡Lea la Biblia, y léala con fe!
Números 26 – Lucas 5:17-39 – Salmo 84:5-7 – Proverbios 19:17
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