Ni aun Cristo se agradó a sí mismo.
1 Corintios 1:23-24, Romanos 15:3
La existencia histórica de Jesús de Nazaret, aunque a veces haya sido puesta en duda, generalmente es aceptada. Varios autores paganos hablan de él, pero no lo dan a conocer.
Admitir únicamente la existencia de alguien no significa conocerlo. Sólo la Biblia nos da a conocer verdaderamente a Jesús. Y si dejamos que la enseñanza de la Biblia nos penetre, quedaremos maravillados por lo que descubriremos de la persona de Jesucristo.
En esta pequeña hoja y en las siguientes deseamos evocar algunos rasgos de Su excelencia, claramente plasmada en los evangelios.
Conocemos la historia de su nacimiento, pero los evangelios no dan ningún detalle sobre la vida de Jesús en su infancia. El único hecho relatado es que, a la edad de doce años, Jesús fue con sus padres a Jerusalén y “todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2:47). Después del reproche de su madre por haberse demorado en el templo, les respondió sencillamente: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre (Dios) me es necesario estar?” (v. 49). Luego regresó a Nazaret con sus padres y “estaba sujeto a ellos” (v. 51).
Mediante estas palabras la Biblia nos muestra la belleza de Jesucristo, hombre obediente a Dios, es decir, el Hombre perfecto. “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46).
Por: La Buena Semilla.
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Aquí puedes leer las demás partes:
La excelencia de Jesucristo (1ra Parte) – Desde su infancia
La excelencia de Jesucristo – 2da parte
La excelencia de Jesucristo (3ra Parte) – La tentación
La excelencia de Jesucristo (4ta Parte) – Ante la muerte
La excelencia de Jesucristo 5ta Parte – Su incomprensible humillación
La excelencia de Jesucristo – 6ta Parte – El verdadero médico