Juan 6:5-6
Y comieron todos, y se saciaron.
Mateo 14:20
Al ver la gran multitud que había venido a él, Jesús preguntó a su discípulo Felipe: “¿De dónde compraremos pan para que coman estos?”. Felipe calculó que se necesitaría mucho dinero para comprar suficiente pan para tanta gente. Otro discípulo pensó en un niño que tenía cinco panes y dos peces, ¡pero esto no era nada para tantas personas! Los dos discípulos llegaron a la misma conclusión: no tenían los medios para hacer frente a aquella situación.
En realidad, mediante esa pregunta Jesús puso a prueba a Felipe, porque la Palabra precisa que “él sabía lo que había de hacer”. Jesús sabía que los recursos de los cuales disponían los discípulos eran irrisorios, y que la única solución estaba en el poder divino. Pero empleó los modestos recursos de aquel niño para alimentar a una multitud formada por cinco mil hombres, e invitó a los discípulos a recoger los abundantes restos en cestas.
Este pasaje está lleno de ánimo para nosotros, cristianos. Cuando estamos ante una situación demasiado difícil para nosotros, y sentimos la pobreza de nuestros recursos, no nos desanimemos. Recordemos siempre que el Señor sabe qué va a hacer. Presentémosle humildemente lo poco que tenemos y, en vez de quedarnos con nuestra pobreza, contemos con fe en su poder divino. Jesús no despreció los panes del niño. ¡A Jesús le gusta emplearnos, pero nuestros recursos solo hacen resaltar el hecho de que él es quien hace todo! ¡Él sabe qué va a hacer! Que este pensamiento nos anime y nos dé tranquilidad cada día.
Números 24 – Lucas 4:16-44 – Salmo 83:9-18 – Proverbios 19:13-14
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