Todos somos influencia para alguien; es decir, que lo que tú dices y haces estará influyendo en otros. Con nuestras palabras podemos edificar o destruir vidas.
¿Qué hablas tú?; ¿lo que da vida o lo que quita la vida?
Cuando algo no está bien… debes declarar la Palabra de Dios, es decir, debes hablar de la vida que Dios nos dio y no de la destrucción que traen las palabras necias.
¿Te has dado cuenta de que cada vez que hablas condenatoriamente sobre alguien le estás atando a esas palabras?
Tus expresiones, los gestos y los contenidos de tus palabras harán que las personas sean libres y puedan crecer, avanzar y proyectarse o por el contrario los ataran, les cortaran la fe y se les impedirá avanzar.
Quiero invitarte para que revises la manera en la que te expresas, no solo con tus palabras sino también con tus gestos.
Jesús no te condena, y como sus discípulos verdaderos tampoco debemos condenar a nadie.
La Palabra de Dios tiene contendidas miles de referencias sobre nosotros, expresadas por nuestro creador para darnos vida, para edificarnos y para fortalecer nuestra fe.
- Si necesitas un milagro… confiesa el milagro.
- Si necesitas sanidad… confiesa sanidad
- Si necesitas restauración… confiesa restauración
Porque esto es, hablar el lenguaje de la fe.
Lo que pedimos con fe lo recibimos por el amor del Padre, la Gracia del Hijo y por el Poder del Espíritu Santo.
Lee esto con detenimiento… “muchas veces tú mismo(a) eres tú peor enemigo(a). Aunque culpes a los demás y a las circunstancias, nada va a cambiar; porque la verdad es que todos nos influenciamos por lo que decimos y declaramos sobre nosotros mismos”.
Habla y expresa bendición sobre ti y sobre los demás, verás cómo, de la mano del Señor las cosas comienzan a cambiar.
Oremos “Señor gracias por ayudarme a entender el poder que hay en cada declaración que hago, quiero cambiar mi mente para cambiar mi manera de hablar, que todo lo que salga de mi corazón y se expresado con mi boca hable de bendición, para con todos. Lo oro en el nombre de Jesús, Amén”
Versículo: “La lengua apacible es árbol de vida; la lengua perversa daña el espíritu” Proverbios 15:4 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
BuenDiaTodosLosDias.com