2 Reyes 7:9
(Jesucristo) vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca.
Efesios 2:17
Lea 2 Reyes 7
El ejército sirio había tomado la ciudad de Samaria. Cuatro hombres leprosos, y por ello condenados a quedarse a las puertas de la ciudad y sin duda a morir de hambre, decidieron ir a unirse a los asaltantes. Allí descubrieron que el campamento estaba desierto y que Dios había hecho huir a todo el ejército enemigo. Fueron, pues, los primeros en saber que Dios los había liberado de los enemigos, y su reacción inmediata fue aprovechar egoístamente este milagro. Luego comprendieron que no debían guardar para sí mismos esta buena noticia. “No estamos haciendo bien”, se dijeron. Entonces fueron rápidamente a anunciar la buena noticia a los porteros de la ciudad, para que la transmitieran a la casa del rey.
Cristianos, como esos leprosos, nosotros estábamos en la situación desesperada de pecadores destinados a una muerte eterna. Pero, por la fe, pasamos “de muerte a vida” (Juan 5:24). Y nuestro gozo es saber que Jesús, el Hijo de Dios, nos amó y se dio a sí mismo por nosotros (Efesios 5:2).
Pero, ¿nos damos cuenta de que “hoy es día de buena nueva”? ¿Deseamos comunicar a los que nos rodean la buena nueva de la salvación por la fe en Jesucristo? Quizás estemos en contacto con personas decepcionadas y desorientadas; nosotros tenemos la respuesta que podría colmar sus aspiraciones y llevarlas a una felicidad verdadera y durable. ¿Vamos a callarnos? No nos avergoncemos del Evangelio, pues “es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16).
Números 18 – Lucas 1:26-56 – Salmo 80:1-7 – Proverbios 19:1-2
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