Creo que a todos nos ha ocurrido en algún momento de nuestras vidas que estamos hablando con otra persona, pero esa persona no nos está escuchando, y no escucha, no porque tenga unos audífonos en los oídos, sino que se encuentra distraído(a)
La distracción reduce nuestra capacidad de escuchar, por lo tanto, para que la comunicación sea fluida entre dos personas debe haber una escucha activa.
Igualmente pasa con el Señor, por ejemplo, cuando Jesús estaba siendo condenado ante Pilato, El entrego una respuesta muy particular, lo encontramos en el evangelio de Juan, capitulo 18, verso 37 que dice así, “—¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. —Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz”. (NVI)
Solo los verdaderos discípulos escucharon correctamente lo que Jesús les dijo, solo ellos escucharon la verdad, los demás estaban distraídos y desinteresados en colocarle atención a lo que el Hijo de Dios quiso decir.
Esto nos plantea una pregunta interesante hoy: “¿estás escuchando la voz del Señor?”
La Biblia está llena de mensajes que el Señor quiere que escuches, pero tu ¿los estás escuchado? . Por ejemplo, Jesús nos dice en el Sermón del Monte que dos hombres construyeron casas. Uno la construyó sobre una base sólida y el otro sobre arena movediza. Las diferencias estaban en el fundamento; los que la construyeron sobre la base sólida fueron aquellos que escucharon la Palabra de Dios y la obedecieron.
El hombre necio escuchó la Palabra de Dios y se fue a hacer su propia voluntad, ignorando lo que había escuchado, por eso su casa estaba construida sin fundamento.
El mundo está interesado en el poder y la influencia, pero el Señor está interesado en que construyas tu vida sobre la base de Su Palabra, que la escuches, la conozcas, la aceptes, y la obedezcas.
Muchos no están escuchando a Jesús porque quizás están esperando a que llegue una tormenta en sus vidas y sean sacudidos; pero hoy tienes la oportunidad para decidir de que tu vida sea construida sobre una base sólida, sobre Jesús y que llenas tu corazón con la Palabra de Dios
Oremos “Amado Señor, hoy recibo tu Palabra de exhortación para escucharte y obedecerte. Reconozco que a veces he estado distraído(a) y por lo tanto no he escuchado lo que Tú me pides. Quiero abrir mi corazón y despertar a mis oídos para escucharte atentamente y cumplir con lo que me pides, lo creo y declaro en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo “—¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. —Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz”. Juan 18:37 (NVI)
Buen Dia
Juan C Quintero
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