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Job 1

Comentarios Bíblicos de Matthew Henry de Job 1

Este libro se llama así por Job, cuya prosperidad, aflicciones y restauración se registran aquí. Él vivió poco después de Abraham o, quizá, antes de ese patriarca. Muy probablemente haya sido escrito por el mismo Job, y es el libro más antiguo que existe. Las instrucciones que se deben aprender de la paciencia de Job y de sus pruebas, son tan útiles ahora, y tanto más necesarias, como siempre. Vivimos bajo la misma Providencia, tenemos el mismo Padre que disciplina, y existe la misma necesidad de corrección para justicia. La fortaleza y la paciencia de Job, aunque no pocas, cedieron en sus graves problemas pero su fe estaba fijada en la venida de su Redentor, y esto le dio firmeza y constancia aunque toda otra dependencia, en particular el orgullo y la jactancia de un espíritu de justicia propia, fueron probados y consumidos. Otra gran doctrina de la fe, particularmente establecida en el libro de Job, es la de la Providencia. De esta historia queda claro que el Señor cuidaba a su siervo Job con el afecto de un padre sabio y amante.

CAPÍTULO I

Versículos 1-5. La piedad y la prosperidad de Job. 6-12. Satanás consigue permiso para probar a Job. 13-19. La pérdida de la propiedad de Job y la muerte de sus hijos. 20-22. La paciencia y la piedad de Job.

Vv. 1-5. Job era rico y, no obstante, piadoso. Aunque sea difícil y raro, no es imposible que un rico entre al reino del cielo. Por la gracia de Dios se pueden vencer las tentaciones de la riqueza mundana. El relato de la piedad y prosperidad de Job antecede a la historia de sus grandes aflicciones, mostrando que nada salvará de los problemas.

Aunque Job contemplaba con satisfacción la armonía y el bienestar de sus hijos, su conocimiento del corazón humano le hacía temer por ellos. Él los enviaba y los santificaba, recordándoles que se examinaran a sí mismos, que confesaran sus pecados, que procuraran el perdón y, como quién espera aceptación de parte de Dios a través del Salvador prometido, él ofrecía un holocausto por cada uno de ellos. Percibimos su cuidado por el alma de ellos, su concoimiento del estado pecador del hombre, su dependencia total de la misericordia de Dios en la manera en que Él la haya designado.

Vv. 6-12. Las aflicciones de Job comenzaron por la maldad de Satanás, con el permiso del Señor, para propósitos sabios y santos. Hay un espíritu malo, el enemigo de Dios y de toda justicia, que continuamente está procurando alterar, descarriar y, si fuera posible, destruir a los que aman a Dios. No sabemos cuán lejos puede extenderse su influencia pero, probablemente, mucha inestabilidad e infelicidad de los cristianos se puede atribuir a él. Mientras estemos en esta tierra, estamos a su alcance. Por eso, nos concierne estar sobrios y alertas, 1 Pedro v, 8.

Vea aquí como Satánas censura a Job. Esta es la manera corriente de los calumniadores; ellos sugieren aquello de lo cual no tienen motivo para pensar que sea verdadero. Pero como nada hay que debamos temer más que el ser realmente hipócritas, así que nada hay que debamos temer menos que ser llamados y contados así sin causa. Nada malo hay en poner la mira en la recompensa eterna de nuestra obediencia pero es malo ponerla en las ventajas mundanas de nuestra religión. El pueblo de Dios está bajo Su especial protección; ellos y todo lo que les pertenece. La bendición de Dios enriquece; el mismo Satanás lo admite.

Dios soportó que Job fuera probado, como toleró que Pedro fuera zarandeado. Nuestro consuelo es que Dios tenga encadenado al diablo, Apocalipsis xx, 1, 2 Este no tiene poder para llevar a los hombres al pecado sino que ellos mismos le den; ni tampoco poder para afligir a los hombres sino el que le es dado de lo alto. Todo esto está aquí descrito para nosotros conforme a la manera de los hombres. La Escritura habla así para enseñarnos que Dios dirige los asuntos del mundo.

Vv. 13-19. Satanás ocasionó los trastornos de Job en el día en que sus hijos empezaron sus fiestas. Todos los problemas recayeron sobre Job de una sola vez; mientras que un mensajero de malas noticias hablaba, el otro lo seguía. Sus posesiones más valiosas y queridas eran sus diez hijos; se le trae la noticia que están muertos. Fueron arrebatados cuando él más los necesitaba para que lo consolaran de sus otras pérdidas. Solamente en Dios tenemos una ayuda presente en todos los tiempos.

Vv. 20-22. Job se humilló bajo la mano de Dios. Él razona a partir del estado corriente de la vida humana, cosa que describe. Nada de los bienes de este mundo traemos al mundo sino que los recibimos de otras personas. Job queda reducido a su primer estado con todas sus pérdidas. Él está justo donde debería haber estado al final y sólo es despojado o, más bien, descargado un poco antes de lo que él esperaba. Si nos sacamos la ropa antes de irnos a la cama, es poco conveniente, pero puede soportarse mejor cuando es casi hora de acostarse. De la misma forma, quien dio, quitó. Vea cómo Job mira por encima de los instrumentos y mantiene fijos sus ojos en la Primera Causa. Las aflicciones no deben desviarnos de la religión sino estimularnos a ella. Si miramos al Señor en todos nuestros problemas, Él nos sostendrá.

El Señor es justo. Todo lo que tenemos es por Su dádiva; nosotros lo perdimos por el pecado y no debiéramos quejarnos si Él nos quita una parte. El descontento y la impaciencia acusan de necedad a Dios. Job vigiló cuidadosamente contra ellos y, así debemos hacerlo nosotros, reconociendo que como Dios ha hecho lo bueno pero nosotros hemos hecho lo malo, asimismo Dios ha hecho sabiamente pero nosotros hemos hecho muy neciamente. Y que la maldad y el poder de Satanás hagan más precioso para nuestras almas a ese Salvador que vino a destruir las obras del diablo; Aquel que por nuestra salvación sufrió de parte de ese enemigo muchísimo más de lo que sufrió Job, o de lo que podemos pensar.


Job 1

Versículos de Job 1 de la NVI del libro de la bíblia
RV60 NVI RV09 LBLA RV95 DHH


1 - En la región de Uz había un hombre recto e intachable, que temía a Dios y vivía apartado del mal. Este hombre se llamaba Job.
2 - Tenía siete hijos y tres hijas;
3 - era dueño de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas, y su servidumbre era muy numerosa. Entre todos los habitantes del oriente era el personaje de mayor renombre.
4 - Sus hijos acostumbraban turnarse para celebrar banquetes en sus respectivas casas, e invitaban a sus tres hermanas a comer y beber con ellos.
5 - Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios. Para Job ésta era una costumbre cotidiana.
6 - Llegó el día en que los ángeles debían hacer acto de presencia ante el Señor, y con ellos se presentó también Satanás.
7 - Y el Señor le preguntó: ¿De dónde vienes? Vengo de rondar la tierra, y de recorrerla de un extremo a otro le respondió Satanás.
8 - ¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job? volvió a preguntarle el Señor. No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal.
9 - Satanás replicó: ¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio?
10 - ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra.
11 - Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!
12 - Muy bien le contestó el Señor. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima. Dicho esto, Satanás se retiró de la presencia del Señor.
13 - Llegó el día en que los hijos y las hijas de Job celebraban un banquete en casa de su hermano mayor.
14 - Entonces un mensajero llegó a decirle a Job: Mientras los bueyes araban y los asnos pastaban por allí cerca,
15 - nos atacaron los sabeanos y se los llevaron. A los criados los mataron a filo de espada. ¡Sólo yo pude escapar, y ahora vengo a contárselo a usted!
16 - No había terminado de hablar este mensajero cuando uno más llegó y dijo: Del cielo cayó un rayo que calcinó a las ovejas y a los criados. ¡Sólo yo pude escapar para venir a contárselo!
17 - No había terminado de hablar este mensajero cuando otro más llegó y dijo: Unos salteadores caldeos vinieron y, dividiéndose en tres grupos, se apoderaron de los camellos y se los llevaron. A los criados los mataron a filo de espada. ¡Sólo yo pude escapar, y ahora vengo a contárselo!
18 - No había terminado de hablar este mensajero cuando todavía otro llegó y dijo: Los hijos y las hijas de usted estaban celebrando un banquete en casa del mayor de todos ellos
19 - cuando, de pronto, un fuerte viento del desierto dio contra la casa y derribó sus cuatro esquinas. ¡Y la casa cayó sobre los jóvenes, y todos murieron! ¡Sólo yo pude escapar, y ahora vengo a contárselo!
20 - Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración.
21 - Entonces dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
22 - A pesar de todo esto, Job no pecó ni le echó la culpa a Dios.
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Explicacion Job 1 NVI de Matthew Henry - El Versiculo Del Dia.com

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Matthew Henry
Comentario Bíblico de Matthew Henry | Autor: Matthew Henry, Traducido al castellano por Francisco la Cueva, Copyright © Spanish House Ministries | Unilit