En cualquier momento las circunstancias pueden salirse de control. Es totalmente claro que hay muchas situaciones que nosotros no podemos controlar, por ejemplo, en nuestro nivel no podemos controlar las guerras, tampoco podemos controlar los desastres naturales, o las hambrunas, ni tampoco la llegada repentina de una enfermedad. Pero lo que si podemos hacer es depositar nuestra confianza en el Señor.
Cuando meditamos sobre los sucesos de la vida aprendemos a conocer nuestras limitaciones.
Y aunque a veces es difícil entregar el control de las cosas y permitir que Dios actúe, es la única manera de garantizar que la vida vaya a funcionar bien, es decir, que conscientemente reconoces que realmente Dios es el Creador del Universo y de todo lo que hay en él, por lo tanto, Él tiene que tener el control.
En la Biblia, en el libro del profeta Jeremías, capítulo 10, verso 23, recibimos esta poderosa revelación que dice, “Yo sé bien, Señor, que nadie es dueño de su vida, ni nadie puede por sí mismo ordenar sus pasos”. (RVC)
Aquí podemos aprender que el profeta tenia claro sobre su posición ante Dios y la manera en la que podía ordenar su propia vida; este verso tiene implícito el consejo de reconocer la soberanía de Dios y de rendirnos ante Él para que coloque orden en nuestra vida.
¡Créelo!, cuando le das a Dios el control de tu matrimonio, de tus hijos, finanzas, negocio, trabajo, futuro, etc., Él te bendecirá grandemente, y pondrá orden a tu vida en todas las áreas.
Pero esto también significa darle a Dios su carga de preocupaciones y seguir Su guía a diario, así, en cualquier momento en que te lleguen pruebas, tú sabrás que Dios está de tu lado y que Él tiene un plan más grande y perfecto para ti, el cual está lejos de tu capacidad natural para resolverlo.
Para cada situación que llegue a tu vida presenta tus peticiones a Dios, comienza con oración, pero también con acción de gracias.
¡No te conviertas en un cristiano negativo!; el hecho de que tengas pensamientos negativos no significa que tengas que pensar en ellos o hablar sobre ellos. Cámbialos por pensamientos de bien, como, por ejemplo, “estoy pasando por un momento difícil, pero confío en que Dios tiene un motivo y un plan para mí”.
El Señor nos ha dotado con emociones, por lo tanto, expresarlas está bien, lo que no está bien es vivir bajo el dominio emocional, es incorrecto permitir que sean las emociones las que decidan por ti, y las que te impulsen a actuar, de esta forma estarás cavando la fosa para el estrés y la depresión.
Te recuerdo que Dios te creó y Él sabe que es lo mejor para ti. Entrégale el control de todo en tu vida al Señor
Oremos “Amado Padre, oro hoy pidiendo que me ayudes para estar más cerca de ti, que mi relación contigo se fortalezca cada día. Ayúdame a aprender a confiar en ti y, pero para confiar en ti en todas las áreas de mi vida. Reconozco que Tú le hablaste al universo para que existiera, que le pusiste orden al desorden. Por lo tanto, mi Señor, decido confiar en ti, pedirte que me muestres el camino a seguir todos los días, y que le pongas orden a mi vida, lo pido en el poderoso nombre de Jesús, Amén”.
Versículo “Yo sé bien, Señor, que nadie es dueño de su vida, ni nadie puede por sí mismo ordenar sus pasos”. Jeremías 10:23 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
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