La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más.
Proverbios 15:1 DHH
Este pasaje me hace recordar una noche que después de salir de mi jornada laborar, pasar horas en el pesado transito del centro de la ciudad, salía del supermercado, ya era de noche y antes de llegar a la casa pase a comprar mi cena por el servicio de auto de un restaurante de comida rápida.
Al llegar a la ventanilla una joven de mala gana viene arrastrando los pies, con una cara de pocos amigos y de manera muy automática, casi sin despegar sus labios me saluda y pregunta cuál es mi orden. En ese momento habría querido decirle “me equivoque de lugar, disculpe”; pero era tarde y estaba cansada y muy hambrienta.
Decidí no reaccionar de la misma manera, no me llevaría ese enojo conmigo, así que mientras ella servía mí orden le dije en el tono de voz más amable que pude: -Hola, ¿Qué te pasa? ¿Un día duro?, fue sorprendente como aquella joven cambió su semblante, su cara de enojo paso a cara que busca consuelo, me dijo que no se sentía bien, había tenido un día pesado y le dolía mucho la cabeza.
-Yo se que te pasa algo mas, le dije; pero quiero decirte que Dios tiene solución aun para las situaciones más difíciles-, entonces vi correr dos lagrimas por sus mejillas. Le pedí que me dejara orar por ella, extendió sus manos y juntas oramos por su situación. Al terminar, su rostro era otro, con una tierna sonrisa me entregó mi orden. Supongo que en ese momento también mi rostro ya era otro. Y como sabrán esa noche mi cena llego a casa con una porción extra.
Una palabra amable en medio de una situación de enojo puede cambiar el final de la película. Como servidores de Cristo debemos mostrar una naturaleza diferente, dispongamos hacer la diferencia.
DECLARACION: EN CRISTO SOY NUEVA CRIATURA Y HAGO LA DIFERENCIA
Oración: Espíritu Santo de Dios, te pido que obres en mí cada día para que yo pueda actuar de acuerdo a tu palabra y mostrar al mundo la naturaleza de Cristo que vive en mi, en el nombre de Jesus, Amen.