Si observamos bien podremos ver la diferencia entre las buenas plantas y aquellas que son maleza.
A veces la maleza crece mucho más rápidamente y atacan la vida de las buenas plantas que están a su alrededor impidiéndoles que produzcan hermosas flores o que den fruto.
Si no tenemos cuidado, podemos hacer lo mismo con nuestras vidas. Las malezas en la vida aparecen y tratan de ahogar el normal curso de la existencia, tratan de entorpecer nuestra relación con los demás y más importante aún, nuestra relación con Dios.
¡Necesitamos buscar intencionalmente las malezas que agobian la vida, incluso si aparecen como algo aparentemente bonito y agradable, para luego eliminarlas y alimentarnos con las cosas que fomentan el crecimiento espiritual!
En la Biblia, en la carta a los Gálatas, capítulo 6, verso 7, dice así, “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra” (NVI)
Para recoger buen fruto es necesario cultivar una buena planta o un buen árbol y eso implica estar pendientes de todo lo que pueda aparecer para tratar de evitar que ese buen fruto se dé y se pueda cosechar.
Cosas como la queja, la ira, las malas palabras, la amargura, los celos, la contienda, las mentiras, el negativismo, y otras similares se cuelan en la vida para impedir que se tenga el buen fruto deseado.
Te motivo para que realices una revisión y una poda de toda la maleza que haya crecido en tu vida, cuídate tal y como un buen jardinero vela por sus plantas, comienza a alimentarte con valores bíblicos tales como el amor, la paz, la gratitud, abre tu corazón a una visión positiva de la vida, aleja el temor y las cosas que no te sirven para edificar tu fe; pero también, pídele ayuda al Señor para mantenerte atento(a) al rebrote de lo negativo para mantener tu vida dando buen fruto.
Oremos, “Amado Señor, te pido que me ayudes a sacar las malezas de mi vida. Que yo pueda reconocer cuándo algo es infructuoso o perjudicial para mi vida, y que atenta a mi relación contigo y con los demás. Que pueda hablar palabras de vida y expresarte siempre mi gratitud, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”.
Buen Dia
Juan C Quintero
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