Me llama mucho la atención que las personas desestiman el poder de empezar algo al limitarse por su edad o por su preparación; he visto personas de treinta años diciendo que se siente vieja y a personas mayores diciendo que están viejos para aprender algo nuevo.
Pero al estudiar la Biblia me doy cuenta de que Dios usó personas bien adultas e incluso sin preparación para el llamado, por ejemplo, Abraham salió de su tierra a los 75 años; Moisés tenía 80 años cuando el Señor lo llamo para rescatar el pueblo Hebreo en Egipto; por otro lado, Salomón era muy joven, seguramente antes de los 20 años cuando fue ungido como Rey para Israel, además se quejó de no saber que hacer para reinar
Quiero que pienses en los siguiente, ¿Cómo te consideras a ti mismo en relación con tu edad?; ¿muy joven?, ¿muy viejo?; ¿Y con respecto a tus capacidades?; ¿cómo muy poco preparado(a)?
No se es ni muy adulto, ni muy joven para emprender algo, tampoco ni muy sabio, ni muy poco preparado; especialmente si lo que vas a emprender viene directamente de Dios.
En varias oportunidades he emprendido algo, y aunque no siempre el emprendimiento ha sido exitoso, sigo adelante, porque considero que rendirse es para quien ya no está en este mundo.
En la Biblia en el Salmo 37, verso 24, dice así, “Si el hombre cae, no se queda en el suelo porque el Señor lo sostiene de la mano”. (RVC)
¡Esta es la actitud que debe tener todo Cristiano!, es decir, avanzar sabiendo que Dios lo sostiene, que si él lo ha llamado es porque el Señor mismo tendrá que sustentarlo, levantarlo si llega a fallar, además de darle los recursos y todo lo necesario para que pueda avanzar en el propósito.
3 cosas puedes hacer para avanzar sin temor para alcanzar aquello a lo que Dios te ha llamado:
- Intentarlo. Esto significa desafiarse a sí mismos. Nadie puede lograr algo que no haya intentado. No importa tu edad, inténtalo, porque al comenzar te das cuenta de que quizás era más sencillo de lo que pensabas, o que vas a necesitar más tiempo para aprender o para adquirir experiencia
- Mejorar. Al principio parece que no se avanza, pero cada vez que te levantas con el enfoque en lo que debes hacer y lo haces, de seguro vas a empezar a mejorar, Dios te ha dado la capacidad para aprender y perfeccionar lo que hagas.
- Si te caes, levántate. El versículo dice que Dios te sostiene. ¿habrá alguien más poderoso y con más recursos que te pueda sustentar?, por supuesto que no. No te rindas, pídele al Señor que te ayude a hacerte más fuerte, más entendido y con mayores deseos de seguir adelante. Porque los hijos de Dios no nos rendimos, sino que aprendemos de Jesús, quien a pesar de saber que iba a morir, siguió adelante para cumplir el propósito del Padre, aunque esto significaba ir a morir en una cruz.
Oremos, “Amado Señor, ayúdame a comenzar aquello que tú me has llamado a hacer. Te pido que sea tu poder y tu gracia obrando en mí. Gracias por mostrarme que ni la edad, ni el conocimiento natural son obstáculos para alcanzar aquello a lo que tú me has llamado a hacer. Creo en ti, y de tu mano avanzare sin rendirme, lo creo y declaro en el Nombre de Jesús, Amén”.
Versículo “Si el hombre cae, no se queda en el suelo porque el Señor lo sostiene de la mano. Salmos 37:24 (RVC)
Buen Dia
Juan C Quintero
www.buendiatodoslosdias.com