El Señor es mi pastor; nada me faltará… Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno… Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.
Salmo 23:1, 4, 6
El Salmo 23 es uno de los textos más conocidos de la Biblia. Los cuidados que una oveja recibe del pastor nos hablan de los cuidados del Señor Jesús. Tres veces la oveja echa una mirada al futuro (v. 1, 4, 6).
La primera vez atraviesa un lugar donde no hay absolutamente nada para ella. Se trata de un desierto donde solo hay aridez, pecado, muerte y enemigos. A pesar de ello no le faltará nada, pues el Pastor responde a todas sus necesidades. Junto a él tiene hierba fresca y aguas de reposo, imagen de lo que la Palabra de Dios es para aquel que la lee: alimento y refrigerio para el alma. El Pastor calma y anima el alma turbada (v. 1-3).
La segunda vez que la oveja mira al futuro ve un valle oscurecido por la sombra de la muerte. ¡Qué terrible lugar para todo el que se expone a enfrentarlo solo! Pero el Señor Jesús venció a la muerte; por ello junto a él no tendremos temor, incluso si sufrimos. Jesús quiere ser nuestro compañero de viaje en este valle, y cerca de él, las sombras se van… (v. 4).
La tercera vez, la oveja mira hacia el futuro, pero su mirada ya no está fija en el desierto ni en las sombras del valle. Ahora contempla la casa. Para nosotros es una imagen del cielo. ¿Cuáles serán las dificultades de los últimos días de nuestro viaje? Nadie lo sabe, pero estamos seguros de que la bondad y la misericordia de Dios nos acompañarán todos nuestros días, y que moraremos eternamente en la casa del Padre (v. 6).
Josué 18 – Colosenses 2 – Salmo 135:8-14 – Proverbios 28:23-24
© Editorial La Buena Semilla
