En la mente de la mayoría de nosotros está el recuerdo de esa “mirada”, que nuestra madre o nuestro padre nos hacían cuando nos pillaban haciendo o diciendo algo que no era correcto.
Independientemente de lo que habríamos hecho, “esa mirada” era una forma en la que nos dejaban saber que nos habíamos equivocado.
En Proverbios 1, el rey Salomón establece los propósitos de este libro, dice “El propósito de los proverbios es enseñar sabiduría y disciplina, y ayudar a las personas a comprender la inteligencia de los sabios. Su propósito es enseñarles a vivir una vida disciplinada y exitosa, y ayudarles a hacer lo que es correcto, justo e imparcial”. (NTV)
La verdad es que no tenemos que aprender todo por error; tomemos del ejemplo del libro de la sabiduría que dice que, “si obedecemos constantemente lo que Dios nos pide evitaremos consecuencias que nos van a doler, que nos llevaran a equivocarnos”; por lo tanto, debes leer la Biblia y hacer lo que ella nos instruye a obedecer.
Quizás cuando nos hacemos adultos, hay la tendencia a resistirse a la idea de que la sabiduría es tan simple como ser obediente, lo que pasa es que se vive siguiendo una rutina diaria que en muchos casos no incluye pasar tiempo con Dios, así que se rechazan los sabios consejos del Señor que enseñan a vivir una vida fructífera y que libera del estrés y de la ansiedad.
Te motivo para que tomes en serio en tu vida lo que se establece en Proverbios 1:7, que dice, en su primera parte, “Lo primero que hay que hacer para empezar a ser sabios, es honrar al Señor… (NTV). El temor a Dios es la capacidad de honrarlo con obediencia a lo que nos pide en Su Palabra.
Y luego, en la segunda parte dice que ”… Sólo los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”. (NTV).
Es de necios despreciar la sabiduría de Dios y la manera en la que El nos lleva por el sendero del bien y del propósito.
La Palabra de Dios es, en cierta medida como la “mirada” que nuestros padres nos hacían, es decir, es la que nos ayuda a ver nuestros errores para corregirlos, pero también es la que nos enseña el camino para que tomemos la sabia decisión de obedecer antes que aprender por trituración y por el error. Así que la decisión depende de ti.
Oremos “Amado Señor, gracias por dejarnos la herencia de Tu Palabra. Esta es la fuente de la sabiduría para que yo pueda tomar buenas decisiones y para corregir el rumbo de mi vida. Te pido que me ayudes a ser totalmente obediente a Tu Palabra, que te honre con mis palabras, pensamientos y actos, y que así viva una vida de victoria, lo pido en el Nombre de Jesús, Amén”
Versículo “Lo primero que hay que hacer para empezar a ser sabios, es honrar al Señor. Sólo los necios desprecian la sabiduría y la disciplina”. Proverbios 1:7 (NTV).
Buen Dia
Juan C Quintero
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